Hay 8 provincias afectadas por la invasión de langostas
Por la gran capacidad de dispersión territorial que tiene la plaga, declararon la emergencia fitosanitaria hasta agosto de 2019. Técnicos del INTA recomiendan control permanente de lotes para reducir el avance.
Más de 400 mil kilómetros cuadrados son vigilados por el Senasa.
En la Argentina y, sobre todo en el NOA, la langosta sudamericana (Schistocerca cancellata Serville) no es una plaga novedosa: los primeros registros establecen que afectó a la agricultura en la provincia de Buenos Aires, alrededor del 1500. “Es un problema histórico”, afirmó Héctor Medina –coordinador del Programa Nacional de Langostas y Tucuras del Senasa– y alertó: “Hace más de 60 años que no veíamos una explosión poblacional como la de ahora, en la región”.
Se trata de un insecto versátil, con una gran capacidad de dispersión –puede moverse hasta 150 kilómetros en un día– y voracidad –se alimenta de distintas especies vegetales–. “Según los registros que tenemos, hasta el momento hay ocho provincias perjudicadas con distintos grados de afectación”, señaló Medina.
A escala nacional, el grado de dispersión es alto. Si bien la presencia de langostas es constante en Catamarca, La Rioja, algunas zonas de Tucumán y Santiago del Estero y oeste de Córdoba, en el invierno de 2015 se detectó en Santiago del Estero una gran manga de adultos como hacía décadas no se observaba.
A principios de 2017, Bolivia y Paraguay alertan sobre la presencia de mangas y bandas de la langosta sudamericana. Se estima que, a fines de junio de 2017, reingresaron a la Argentina desde Paraguay y provocaron los primeros ataques a cultivos en el norte del país.
“Hoy la superficie de vigilancia es muy extensa, abarca 400.000 kilómetros y tenemos un mapa que muestra las zonas afectadas”, indicó Medina. El NEA –Chaco y Santa Fe– tienen un nivel bajo de infestación; en el NOA –Salta, Jujuy, Tucumán y Santiago del Estero– la presencia de langostas voladoras es elevada; y en el centro del país se registra un nivel medio de infestación en Córdoba y preocupa la posible dispersión hacia otras provincias de la región.
Con el objetivo de contener su avance y evitar la formación de mangas que migren a otras zonas productivas del país, el Senasa declaró la emergencia fitosanitaria. “El anuncio difundido en agosto de 2017 prevé que la plaga va a seguir, al menos, hasta agosto de 2019”, expresó el coordinador del Senasa, quien añadió que “es un problema que no se va a solucionar de un día para el otro”.
Es un insecto que se caracteriza por su gran facilidad para migrar de un sitio a otro y se reproduce muy rápidamente. “En el mundo, cada 15 o 20 años se dan condiciones que favorecen el crecimiento exponencial de estas poblaciones”, explicó Medina, y advirtió que, en la mayoría de los casos, el clima tiene un rol central.