Carne vacuna: cómo se consume por edades
Si bien el marcado interno muestra una alta satisfacción y muchos “fanáticos” de la carne vacuna, un gran porcentaje de “mercenarios” podría pasarse a productos sustitutos por el precio.
Carne angus.
Casi el 95% de los argentinos consume carne vacuna. No obstante, si se analiza la composición del mercado desde el punto de vista del marketing -con datos serios y profundos, cuali-cuantitativos- nadie “tiene la vaca atada”.
¿Por qué? Bueno, en principio porque si se “desposta” esa torta del 95% de consumidores nos encontramos, apelando al uso de categorizaciones de análisis de mercado, con los siguientes resultados: 43,4% de “fanáticos”, 39,6% de “mercenarios”, 11,8% de “rehenes” y 5,2% de “terroristas”.
Si bien la categoría “fanáticos” es bastante obvia y fácil de interpretar, de acuerdo a Adrián Bifaretti, Jefe de Promoción Interna del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA) y encargado de procesar los resultados de los diferentes estudios de la entidad, los “mercenarios” son aquellos que pueden abandonar el consumo de carne por cuestiones de precio, en tanto que los “rehenes” son los que no dejan la carne porque no saben cómo sustituirla y los “terroristas” son los que ya reemplazaron la carne vacuna y no piensan volver a consumirla.
“A grandes rasgos, es un escenario muy positivo pero que a la vez nos desafía a trabajar sobre nuevos aspectos referidos a la comercialización y el consumo”, sostuvo Ulises Forte, Presidente del IPCVA. “Es la ventaja de contar con estudios serios que nos permiten realizar inteligencia de mercado para detectar amenazas, oportunidades y, al mismo tiempo, buscar la deseada complementariedad entre el mercado doméstico y las exportaciones”.