Con riego suplementario se puede hasta duplicar el rendimiento en trigo
Un ensayo del INTA Manfredi, que lleva más de 20 años, de producción de trigo, maíz y soja bajo riego por aspersión, mostró excelentes resultados en todos los cultivos.
La incorporación de la siembra directa y las tecnologías de manejo asociadas, permitieron incrementar los rendimientos de los cultivos y la producción agrícola a lo largo de los años. Sin embargo, la producción de secano se encuentra limitada por la disponibilidad de agua, debido a la alta variabilidad en la cantidad y distribución de las precipitaciones. Frente a esta realidad, el riego suplementario surge como una tecnología que permite suministrar agua a los cultivos durante períodos de déficit hídricos en zonas semiáridas, subhúmedas e incluso húmedas, propensas a sequías periódicas. Entre los principales objetivos de esta tecnología se destacan la mejora de los rendimientos de los cultivos y la disminución de la variabilidad interanual de los rindes.
El INTA, un pionero en las investigaciones y pruebas de la producción bajo riego en Argentina
Entre las primeras experiencias argentinas en riego por aspersión en cultivos extensivos se destacan las realizadas por el INTA en diferentes estaciones experimentales como Manfredi, Pergamino y Balcarce. Con el objetivo de proporcionar herramientas al productor argentino que sirvan para maximizar la productividad de la empresa agropecuaria en un marco de sustentabilidad, en el año 1996 se instaló en INTA Manfredi un módulo de riego suplementario con fines experimentales y demostrativos que permitió adaptar y poner a prueba diferentes tecnologías asociadas al riego.
Aquiles Salinas, especialista en riego suplementario del INTA Manfredi -Córdoba-, cuenta que “uno de los ensayos de producción de trigo, maíz y soja bajo riego suplementario con equipo de pivot central que se inició en esa época y permanece hasta la actualidad, permitió demostrar que la tecnología del riego puede hasta duplicar el rendimiento en trigo en el tiempo evaluado, comparado con la producción en secano”.
Entre los resultados de este ensayo de larga duración se desprende que “en maíz se registra un incremento de rendimiento mayor al 50%, mientras que en soja puede llegar casi al 30% a lo largo del tiempo”, puntualizó Salinas.
De acuerdo con Matías Boccardo, otro de los referentes del INTA en riego suplementario que interviene en los ensayos, desde la instalación del sistema en el año 1996, “todos los años se realizaron mediciones de precipitaciones, riegos, contenido de agua en el suelo a la siembra y cosecha, rendimiento en grano, consumo de agua y eficiencia de uso de agua -calculada como los kg de grano producidos por mm de agua consumido- de los cultivos regados”.