Científicos argentinos buscan un maíz que resista a múltiples enfermedades

Mediante el estudio del ADN, un equipo de investigadores del INTA Pergamino busca identificar cuáles son las regiones del genoma y los mecanismos que se ponen en marcha frente al ataque de diversos patógenos.

Estos resultados ayudarán al desarrollo de nuevas variedades y será uno de los ejes del XI Congreso Nacional de Maíz.

Estos resultados ayudarán al desarrollo de nuevas variedades y será uno de los ejes del XI Congreso Nacional de Maíz.

31deJuliode2018a las16:30

Originario de América, el maíz es el cereal más difundido del mundo. Según datos del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés), en 2017, su producción mundial alcanzó los 1031,86 millones de toneladas. Sin embargo, año tras año, esos valores son modificados por diversas enfermedades que afectan su productividad y la calidad de los granos.

En este sentido, un equipo de investigadores del INTA Pergamino –Buenos Aires– estudia el ADN del maíz para identificar los mecanismos que se ponen en marcha frente al ataque de diversos patógenos. El objetivo: detectar plantas que posean los mayores atributos génicos para resistir a las enfermedades más comunes y de interés económico.

Juliana Iglesias, especialista en genética vegetal del INTA y responsable del estudio, utiliza herramientas de asociación genómica para encontrar regiones en el ADN del maíz que se activen y le permitan a la planta resistir a múltiples enfermedades.

“Nos enfocamos en la búsqueda e identificación de ejemplares que tengan resistencia genética a varias enfermedades para, en un futuro, desarrollar variedades que tengan mejor comportamiento al ataque de múltiples patógenos”, señaló Iglesias y agregó: “Apostamos a que sea una herramienta para reducir el uso de los productos fitosanitarios y contribuir a su manejo sustentable”.

De acuerdo con Iglesias, la búsqueda de resistencia a múltiples enfermedades (MDR, por su sigla en inglés) se basa en poder encontrar hotspots de resistencia (según el término académico). “Conocidos como las regiones donde se acumulan genes para resistencia a varias enfermedades, el hallazgo de los hotspot, además de posibilitar la localización del gen o grupo de genes que se encienden para resistir a las enfermedades, nos ayudará en el estudio de los mecanismos que se ponen en marcha frente al ataque de diversos patógenos”, explicó.

“Los grupos de genes nos hablan de patrones, de una relación entre los hábitos patogénicos y la respuesta de defensa o susceptibilidad que puede dar la planta”, analizó Iglesias, quien realizó un doctorado en Biología celular y Molecular, en la Universidad de Estrasburgo, Francia.

Estudios realizados en Pergamino –Buenos Aires– y en Leales –Tucumán– permitieron identificar cuáles son los genotipos con mejor comportamiento a patógenos y enfermedades. Resultados preliminares mostraron que es posible agruparlos según su comportamiento frente a patógenos que poseen el mismo método de ataque.

La lista de enfermedades evaluadas fue organizada en función del órgano de la planta afectado, el tipo de infección que recibió (natural o artificial), el tipo de patógeno y la respuesta inmune observada, entre otros aspectos.

En espiga se estudió la presencia de Diplodia sp, Nigrospora sp y Penicillium sp. En cuanto a podredumbres de espiga, se enfocaron en Fusarium spp, Aspergillus spp y Diplodia spp.