La bioeconomía, una estrategia para el desarrollo de Argentina
La bioeconomía entendida como el conjunto de sectores que usan recursos, procesos y tecnologías biológicas para la producción de todo tipo de bienes y servicios representa una alternativa estratégica para la Argentina actual.
La bioeconomía es una inmensa oportunidad para nuestro país.
El mundo se enfrenta al fin del ciclo económico basado en el petróleo como base de su matriz energética e industrial y surge la necesidad de encontrar alternativas a ese modelo. El fin del petróleo como principal fuente de energía no responde a una limitación de la oferta, sino a otros aspectos como el creciente deterioro de los recursos naturales y el cambio climático, que comienzan a dejar de dar sustento al modelo.
Hace algunos años el Club de Roma advertía sobre los límites al crecimiento en el modelo actual y se preguntaba cuál sería la alternativa al petróleo, pero faltaba una respuesta consistente. En los últimos tiempos gracias a la tecnología se pudo generar una alternativa. La bioeconomía se encuentra en el centro de la cuestión y por esta razón el tema se ha instalado como una opción viable y, en muchos casos como el nuestro, convergente con la naturaleza de nuestros recursos y capacidades.
Un cambio en la base científico-tecnológica y en los sistemas productivos
Los avances en la biología – la ciencia del siglo XXI, como la física y química lo fueron del siglo XX – han cambiado sustancialmente lo que los recursos biológicos pueden aportar a la economía, abriendo espacios hasta hoy impensados. Y no se trata, solo de las nuevas tecnologías, las innovaciones de “punta” son también nuevas formas de utilización más eficiente e integral de la biomasa, un recurso abundante, que hoy se explota solo parcialmente.
Es en cierta medida la “biologización” de la economía, agregando intensidad de conocimientos a la actividad económica, haciendo que esta, incluso, replique los procesos de la naturaleza y evolucione, en consecuencia, hacia esquemas más sostenibles. Esto es un profundo cambio de paradigma respecto a las restricciones a la producción; mientras que, en la economía basada en la producción industrial en base a materiales fósiles, la restricción es la disponibilidad de recursos, en un modelo de desarrollo pensado desde la visión de bioeconomía la restricción está más del lado de como los usamos y en los avances tecnológicos y su impacto en la eficiencia ambiental de los procesos productivos.
Se está pasando de un sistema técnico productivo a otro, donde el conocimiento tiene igual o más valor que el capital y el trabajo. La bioeconomía puede pensarse entonces como una entrada al amplio universo del conocimiento.