La bioeconomía, una estrategia para el desarrollo de Argentina

La bioeconomía entendida como el conjunto de sectores que usan recursos, procesos y tecnologías biológicas para la producción de todo tipo de bienes y servicios representa una alternativa estratégica para la Argentina actual.

La bioeconomía es una inmensa oportunidad para nuestro país.

La bioeconomía es una inmensa oportunidad para nuestro país.

23deOctubrede2018a las08:34

El mundo se enfrenta al fin del ciclo económico basado en el petróleo como base de su matriz energética e industrial y surge la necesidad de encontrar alternativas a ese modelo. El fin del petróleo como principal fuente de energía no responde a una limitación de la oferta, sino a otros aspectos como el creciente deterioro de los recursos naturales y el cambio climático, que comienzan a dejar de dar sustento al modelo.

Hace algunos años el Club de Roma advertía sobre los límites al crecimiento en el modelo actual y se preguntaba cuál sería la alternativa al petróleo, pero faltaba una respuesta consistente. En los últimos tiempos gracias a la tecnología se pudo generar una alternativa. La bioeconomía se encuentra en el centro de la cuestión y por esta razón el tema se ha instalado como una opción viable y, en muchos casos como el nuestro, convergente con la naturaleza de nuestros recursos y capacidades.

Un cambio en la base científico-tecnológica y en los sistemas productivos

Los avances en la biología – la ciencia del siglo XXI, como la física y química lo fueron del siglo XX – han cambiado sustancialmente lo que los recursos biológicos pueden aportar a la economía, abriendo espacios hasta hoy impensados. Y no se trata, solo de las nuevas tecnologías, las innovaciones de “punta” son también nuevas formas de  utilización más eficiente e integral de la biomasa, un recurso abundante, que hoy se explota solo parcialmente.

Es en cierta medida la “biologización” de la economía, agregando intensidad de conocimientos a la actividad económica, haciendo que esta, incluso, replique los procesos de la naturaleza y evolucione, en consecuencia, hacia esquemas más sostenibles. Esto es un profundo cambio de paradigma respecto a las restricciones a la producción; mientras que, en la economía basada en la producción industrial en base a materiales fósiles, la restricción es la disponibilidad de recursos, en un modelo de desarrollo pensado desde la visión de bioeconomía la restricción está más del lado de como los usamos y en los avances tecnológicos y su impacto en la eficiencia ambiental de los procesos productivos.

Se está pasando de un sistema técnico productivo a otro, donde el conocimiento tiene igual o más valor que el capital y el trabajo. La bioeconomía puede pensarse entonces como una entrada al amplio universo del conocimiento.