Sidra artesanal: la bebida que se consume más allá de las Fiestas

Esta bebida refrescante, que vuelve a estar en boca de todos, puede encontrarse en más de una decena de bares porteños y se reinventa con su presentación en lata.

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Actualmente el emprendimiento Griffin Dry Cider envasa barriles de 20, 30 y 50 litros.

Actualmente el emprendimiento Griffin Dry Cider envasa barriles de 20, 30 y 50 litros.

20deDiciembrede2018a las08:39

Brindar. Es el verbo muy pronunciado en el mes de diciembre. Brindar con sidra artesanal ya se convirtió en una costumbre que pretende equiparar a la cerveza artesanal y que da batalla a los espumantes. La pionera es la sidra artesanal en barril Griffin Dry Cider, que puede encontrarse en más de una decena de bares porteños, y que se reinventa con su presentación en lata.

Su dueño, Javier Méndez, es de Viedma, Río Negro, y en el año 2007 comercializaba cerveza artesanal realizada por su familia en la Capital Federal. Su labor siempre estuvo vinculada al ámbito gastronómico, vivió en Barcelona y al volver a Argentina trabajó en bares y restaurantes.

Fue la inquietud de su primo de querer llevar la cerveza artesanal con mucho éxito en la Patagonia a la Capital Federal. “Lo realizamos con toda la dificultad que implicaba en ese momento, en 2005, que no era el auge de la cerveza artesanal. Era muy muy difícil vender un porroncito artesanal hace 13 años, Tenías que justificar por qué, de dónde era y cómo era el producto. En ese momento, un cliente que es el dueño del bar Gibraltar, ubicado en el barrio de San Telmo, me planteó ‘En los bares no hay sidra, como vos sos de Río Negro, podemos ver la manera de vender sidra en porrones’.

El emprendedor consultó con las sidreras rionegrinas, un enólogo de la Cooperativa Las Delicias fue quien accedió a escuchar la propuesta de vender sidra en barril. “Me dijo que era imposible hacer la sidra que ellos hacían con Método Champagnoise en una botella pequeña. Cuando averiguamos cuánto saldría la botella con las condiciones para almacenar sidra, iba a ser más cara que elaborar la sidra y que un champagne. Por lo tanto decidí plantear la posibilidad de hacerlo en barril”.

De este modo Javier envió el primer barril de 50 litros de prueba, por vía Bariloche que costó como 2 mil pesos. “Decidí hablar con el dueño de uno de los expresos que hacían la ruta de Río Negro – Buenos Aires, le planteé que no sabría cómo iba a suceder esto pero hay que hacerlo, dame el mejor precio que puedas. y así comenzamos. La primera partida fueron 15 barriles de 30 litros que le compré al dueño de la cervecería Koala, cuando lo vi publicado en un foro de cerveceros artesanales que recibía en ese momento vía correo electrónico”, recordó.

Entonces, recapituló: “Una vez que había arreglado el transporte, el consentimiento de la cooperativa Las Delicias para comenzar con las pruebas, una vez que tenía al cliente que me había pedido la sidra con la ganas de comenzar a probar recetas, empezamos: me mandaron botellas de caldo puro, con diferentes proporciones de almíbar, de fruta, con más pera, con más manzana y fuimos buscando un sabor similar al que podía ser aceptado en Inglaterra, que era desde donde venía el dueño de Gibraltar quien cooperaba en encontrar un sabor similar al consumo inglés ya que los clientes de Gibraltar son turistas que quieren “sentirse como en casa”.