Antes de que siga lloviendo, a tomar decisiones

Les acercamos algunos consejos para resguardarse antes de los meses más llovedores. Agricultura y ganadería en gran parte de la zona más productiva están a tiempo de prevenir.

La zona núcleo y su contorno temen al clima que se desarrolle desde ahora y hasta fines de abril.

La zona núcleo y su contorno temen al clima que se desarrolle desde ahora y hasta fines de abril.

23deEnerode2019a las08:55

Es un momento de tensión para los productores agropecuarios. Los que no fueron afectados por las lluvias de este trágico enero saben que hay más precipitaciones por venir y en los meses más complicados de cada campaña anual.

La zona núcleo y su contorno temen al clima que se desarrolle desde ahora y hasta fines de abril. Por eso, es momento de definir estrategias y básicamente, de prevenir todo lo posible, por más que la naturaleza siempre tenga la última palabra.

En cada barrido de radar, cuando los colores se tornan a los cálidos el nerviosismo crece, pero al menos hay que tener la conciencia tranquila y tomar todos los recaudos posibles.

Entre 50 centímetros y dos metros las napas de la región productiva son las que amenazan. Según el geólogo Rubén Tosolini, en el centro-oeste de Santa Fe por ejemplo las reservas del suelo que se habían consumido con la sequía del verano de 2018 ya están recuperadas. El control constante es fundamental, para “ponernos en alerta, porque al estar a menos de un metro, siempre hay unos 20 o 30 centímetros de humedad por encima que es del agua que se escurre por capilaridad en el suelo hacen que el perfil se reduzca para recibir lluvias, incluso a partir de los 50 milímetros”.

La disparidad de las precipitaciones, la intermitencia de fenómenos, e incluso la extracción que a esta altura siguen haciendo los cultivos respecto a la humedad del suelo, pueden permitir un alivio. Desde el INTA Rafaela se remarca que febrero no es tan “llovedor”, pero marzo tiene promedios por encima de los 120 milímetros y es uno de los meses más complejos, acompañado por abril que puede aportar más agua de la habitual y sin tanto consumo de los cultivos abre la puerta a anegamientos tardíos.