Las frutas argentinas se posicionan en el mercado mundial
El reconocimiento internacional de zona libre de mosca de los frutos le permitió a la Patagonia potenciar la producción, ampliar destinos y disminuir costos de exportación.
Por cada dólar que invierte el sector en el programa de control y erradicación de la mosca, factura US$ 15,4.
Debido a los daños que produce en la fruta, la mosca del mediterraneo (Ceratitis capitata) es considerada como una de las plagas de mayor importancia económica para la producción frutihortícola mundial. Para erradicarla y cumplir con los estándares de sanidad e inocuidad, en la Argentina se creó el Programa de Control y Erradicación de Mosca de los Frutos (Procem). Se trata de un proyecto público-privado que permitió la validación internacional del estatus sanitario “libre de mosca de los frutos” para toda la Patagonia argentina.
La instalación de barreras sanitarias para proteger a una zona de una plaga es considerada como un bien público, ya que el beneficio es para todos los productores de esa región. En este sentido, Darío Fernández –director del INTA Alta Valle, Río Negro– destacó que “el logro y mantenimiento de este estatus sanitario a lo largo del tiempo da confianza a los mercados internacionales sobre el trabajo que realizan los productores y el organismo sanitario nacional”.
Ver también: Hoja de ruta de la agricultura en la Patagonia
Implementado hace 20 años, el Procem permitió incrementar las exportaciones de peras y manzanas a los mercados en los que la plaga es cuarentenaria y diversificar la oferta, particularmente con el crecimiento de la producción y exportación de cerezas.