Buscan reparar los daños que suelen ocurrir en el ADN de los cultivos
El INTA avanza sobre zonas poco conocidas del genoma de la célula vegetal para obtener variabilidad. Esto permitirá conocer la capacidad de reparación de las células.
Estudian el ADN contenido en los cloroplastos.
El INTA estudia el ADN contenido en los cloroplastos, organelas del citoplasma de la célula vegetal encargadas de realizar la fotosíntesis. Mediante técnicas de inducción de mutaciones, detectaron genes mutadores que permiten obtener variabilidad en sectores específicos del genoma de las plantas.
La disponibilidad de variabilidad genética en genes que regulan caracteres de interés, es muy apreciada por los científicos que trabajan en biología y en el mejoramiento genético de los cultivos. Para aumentar la variabilidad existente en plantas cultivadas.
Los investigadores comentaron que una de las estrategias que puede utilizarse es a través de Técnicas de Mutaciones Inducidas (TMIs). Esta consiste en la aplicación de estreses físicos o químicos capaces de provocar daños en el genoma por encima de la capacidad de reparación de las células.
Otra forma de incrementar la variabilidad disponible, es a través del uso de plantas que presenten algún defecto en los genes encargados de reparar los daños que suelen ocurrir en el ADN por fenómenos naturales. Al tener impedidas algunas funciones de reparación del ADN, en estas plantas se originan más errores de lo habitual, sostuvieron los investigadores del INTA.
“En las siguientes generaciones, nuestra tarea es seleccionar aquellas plantas mutantes que portan alelos útiles, ya sea para investigar la funcionalidad de algunos genes o la base genética de determinados caracteres”, explicó Alberto Prina, investigador del Instituto de Genética del INTA.