Usan cáscara de girasol para cultivar hongos y producir fertilizantes

Es el descarte de la industria aceitera. Según el estudio, puede proyectarse un uso rentable desde las provincias de Río Negro hasta Tucumán y desde Neuquén hasta Corrientes.

02deJuliode2019a las17:17

Fuente: INTA

Con 100 “unidades” de semillas de girasol, una aceitera genera 42 unidades de aceite, 46 de pellet para forraje y 10 de cáscara. Si se considera que, según las estadísticas del puerto, en Bahía Blanca se produjeron unas 67.216 toneladas de aceite de girasol entre enero y abril de este año, puede estimarse una generación de 16.000 toneladas de cáscara de girasol en el cuatrimestre.

Hoy las aceiteras emplean este residuo como combustible para generar el vapor que requiere el tratamiento del grano para extraer el aceite. También se usa como insumo para pellets de nutrición animal y la confección de camas de pollo.

Pero, con el objetivo de ampliar el aprovechamiento de esa cáscara, investigadores del INTA y el Conicet reutilizaron los residuos de las aceiteras del puerto de Bahía Blanca para cultivar hongos de especialidad y procesar luego el sustrato degradado por los hongos y transformarlo en biofertilizante.

“Los residuos agroindustriales pueden ser utilizados como materia prima para la generación de productos con valor agregado, entre los que se destacan la generación de bioenergía, alimentación animal o biofertilizantes”, destacó Luciano Orden, especialista en gestión de residuos orgánicos del INTA Hilario Ascasubi (Buenos Aires)..

Para llevar a cabo esta experiencia, el equipo de investigadores puso en aplicación el concepto de cadena de reciclaje de residuos agroindustriales, cuyo eje central apunta al reaprovechamiento de los residuos orgánicos a fin de que los nutrientes extraídos sean recuperados y reintroducidos en el ciclo de producción.