La cobertura del suelo afecta la cantidad de glifosato en el agua de escurrimiento

Investigadores de la Facultad de Agronomía de la UBA y del INTA analizaron la cantidad de herbicida presente en el agua que escurrió de un suelo de la región Pampeana.

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05deSeptiembrede2019a las17:57

Cuando llueve en el campo, el agua puede penetrar hacia las napas o escurrir por la superficie, arrastrando en ambos casos partículas de suelo, nutrientes y agroquímicos. Las cantidades de estos elementos que se desplazan o se retienen dependen en gran medida de los manejos que se realicen en cada agroecosistema, como, por ejemplo, la rotación de cultivos y la cobertura vegetal que se deja en el suelo. Un estudio de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA) analizó si la cobertura de maíz afectaba la cantidad de glifosato en el agua de escurrimiento de un suelo típico de la Región Pampeana. Los suelos cubiertos con rastrojo de maíz presentaron un mayor contenido de glifosato en el agua superficial, mientras que aquellos sin cobertura mostraron mayor contenido de AMPA, el principal producto de degradación del herbicida.

“El manejo agronómico que se realice sobre un suelo puede modificar su estructura, es decir, la forma en que se agrupan sus partículas, lo cual influye en la cantidad de agua que se retiene, infiltra o escurre en ese suelo. A su vez, cuando se altera la estructura del suelo también se afecta a los microorganismos que viven en él. Algunos de estos microbios son responsables de degradar uno de los herbicidas más usados en el país, el glifosato”, explicó Filipe Kraemer, docente de la cátedra de Manejo y Conservación de Suelos de la FAUBA.

“En esta investigación quisimos analizar cómo la cobertura del suelo afecta la dinámica del glifosato en el suelo. Para ello visitamos un campo cercano a la localidad bonaerense de Arrecifes y aplicamos el herbicida en algunos sectores donde el suelo estaba cubierto con rastrojo de maíz y en otros donde no había cobertura. Luego de 30 días simulamos una lluvia y analizamos la cantidad de glifosato en el agua que escurría”, comentó Daiana Sainz, quien comparte cátedra con Kraemer y es estudiante de la Maestría en Ciencias del Suelo en la Escuela para Graduados de la FAUBA (EPG-FAUBA).