Soja: se encienden las alarmas en el Mercosur

La región del Mercosur enfrenta un escenario complicado de transitar en cuanto a la variabilidad climática.

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01deOctubrede2019a las17:23

Las principales preguntas que todos los actores que conforman los distintos niveles de la cadena de producción y comercialización de maíz y soja al inicio de campaña se resumen en: ¿Cómo viene el año en términos climatológicos? ¿Va a llover en tiempo, forma y volúmenes necesarios? ¿Cuál será el comportamiento de las temperaturas? Para intentar brevemente responder estas preguntas es indudable que hay que recurrir al pasado inmediato, al presente y lo que sucederá a partir del inicio de la primavera.  Es decir, la incidencia o el impacto positivo/negativo que los principales indicadores meteorológicos jugaron en la campaña anterior, actuaron en la salida del invierno y se esperan para el próximo trimestre. 

El orden de complejidad inicia con la campaña anterior, la cual estuvo signada fundamentalmente por el indicador de escala global El Niño traducido en una fuente extra de humedad para las principales regiones productoras. También la anomalía del Atlántico, frente a las costas del sur de Brasil, hizo lo propio en cuanto a la inyección de humedad. Y otro factor clave fue la temperatura, la cual, si bien hubo episodios de ola de calor, se mantuvo dentro de los regímenes esperados. Es decir, la sinergia que produjeron los distintos factores climáticos concluyó en una cosecha récord para toda la región. 

Al ubicarnos en el cierre del trimestre frío del presente año, las lluvias, en general, se encontraron muy por debajo de los valores normales esperados prácticamente en toda la región del Mercosur. Solo algunas zonas presentaron lluvias un poco más generosas permitiendo un paso más holgado en la transición hacia la primavera.