La familia Alquati es la primera en instalar un biodigestor nacional en un tambo
La historia tiene lugar en la localidad santafesina de Susana. Allí funciona el establecimiento que cuenta con sistema dry-lot eficiente que apunta al bienestar animal y al cuidado del ambiente.
Gente joven y con ideas de progreso, tal como los pioneros, hoy entienden que hay que adaptar la producción a otros procesos.
Hace poco más de ocho años y con la señal justa de la naturaleza, aquel primer día de agosto de 2011 cuando cayó nieve en la región centro-oeste de Santa Fe después de 89 años, la familia Alquatti decidía comenzar con la aventura del tambo, luego de muchos años de tradición en la agricultura.
En un campo alquilado de 129 hectáreas, pero donde pueden producir todo el alimento, con ubicación excepcional en la entrada de Susana, en la intersección de la Ruta Nacional 34 y la Ruta Provincial 67S, de un tambo pastoril generaron un dry-lot, donde a las vacas se les da una dieta TMR, en los corrales con sombra, agua y comida constante.
El primer día se ordeñaron 800 litros y en ahora están en los 7.400 litros, con 232 animales en producción, con un promedio de 32,5 litros por cada vaca, por día.
“El sistema nos permite ser más productivos por hectárea. La vaca al estar encerrada genera un menor gasto de mantenimiento que una que va a comer a pasto, por lo tanto podemos darle un plus al rodeo en la dieta con los concentrados”, explica Joaquín Alquatti.
Alquatti es ingeniero agrónomo hace un año y está a cargo de la empresa de su padre, Hugo. Junto a su pareja, Luciana Marchisio, que está a punto de recibirse también de agrónoma, tienen una mirada especial sobre la actividad.
“Una dieta más picante a la que responden las vacas nos permite tener una mayor carga animal por hectárea”, lo que de alguna manera llega a compensar la diferencia de costos respecto al sistema pastoril. Hace tres meses tenía una mayor competitividad respecto al precio pagado por la industria, previo al parate de aumentos, de todos modos este es un productor más que recién ahora está balanceando sus números, no por obra de la política, sino por cuestiones de oferta y demanda, aunque la devaluación suma su impacto.
Forma de trabajo
En el establecimiento La Otilia de Integral Agropecuaria SA Joaquí contó en diálogo con Agrofy News: “Optamos por sectorizar todo el trabajo del tambo, lo que nos permite tener más estabilidad si hay recambio de personal”.
Sergio Sena y su familia están a cargo del ordeño, que se hace en tres etapas diariamente, con lo cual son cinco personas que se reparten la tarea, sin agotarse en dos turnos cada uno. A las 7, 15 y 23 horas, utilizan la manera más inteligente de combinar la producción lechera con extracciones cada ocho horas; y una vida más amigable para quienes trabajan en el tambo.
Joaquín Alquatti es evaluador de bienestar animal de Aprocal y entiende que “con este sistema dry-lot le damos mucha importancia al tema, con media sombra móvil, hemos plantado muchos árboles en el campo, pero también en el corral de espera, donde están el tiempo adecuado; y en la sala de ordeño, con ventiladores para bajar el estrés, con la repetición de la rutina y el alivio de tres veces por día”.