Innovación juvenil: premian a investigadores del INTA por un estudio sobre maíz
Un equipo de investigadores del INTA Pergamino evalúa cómo impacta la fecha de siembra del cultivo sobre el rendimiento de los granos. Este trabajo obtuvo el premio “Innovación Juvenil” en la XXIII Reunión Latinoamericana del Maíz.
El maíz (Zea mays) es uno de los tres cereales más cultivados del mundo y, gracias a su capacidad para adaptarse, logró consolidarse en los sistemas productivos. De hecho, sobre la base del uso de herramientas del mejoramiento genético, hoy el cereal puede encontrarse desde las latitudes más cálidas hasta las más templadas y desde el nivel del mar hasta más de 3.500 metros de altura.
En la región núcleo argentina, el maíz se siembra durante la primavera –finales de septiembre–, por lo que la floración y llenado de granos ocurre en el momento de mayor temperatura y alta radiación solar –enero–. Además, en esta época del año el agua suele ser más escasa.
“Los maíces de siembras tempranas son los que poseen mayor productividad, pero –a la vez– presentan una gran variabilidad interanual de rendimientos”, indicó Yésica Chazarreta, especialista en genética e integrante del equipo de Ecofisiología de Cultivos del INTA Pergamino –Buenos Aires–, y agregó: “Mientras que los sembrados en fechas más tardías tienen un rendimiento menor, pero son más estables a lo largo de los años”.
Según el informe precampaña 2019 de la Bolsa de Cereales, para esta campaña “se prevé un aumento en la proporción de planteos tempranos y una reducción de tardíos”. Con esta proyección, la siembra de maíces tardíos alcanzaría cerca del 45 % de la superficie total del cereal cultivado en la Argentina.