Claves para una ganadería competitiva
Desde el INTA advierten sobre la vulnerabilidad a la que se exponen los sistemas que producen hacienda en una superficie reducida.
Frente a las grandes variaciones y fuerte reordenamiento del sector ganadero en el territorio nacional, los especialistas coinciden en los riesgos de la sobrecarga de los sistemas y en la importancia de adoptar estrategias de manejo y tecnologías para disminuir el impacto.
Sebastián Maresca –investigador del INTA Cuenca del Salado, Buenos Aires– aseguró que “tras el reordenamiento que sufrió la ganadería nacional en la última década con la expansión de agricultura, en especial de la soja, la Cuenca del Salado se convirtió en la región con mayor concentración de vacas de cría del país, con los índices de procreo y de destete más altos”.
Maresca aseguró que el sector está frente a una situación de alta vulnerabilidad productiva, dado que tiene la misma cantidad de hacienda que en 2008 y se le cedió a la agricultura el doble de superficie. “Esto genera un incremento de la carga en suelos de menor aptitud”, subrayó.
En un contexto de alta carga y un panorama no muy alentador para intensificación de la cría, Maresca destacó la importancia de mejorar la eficiencia reproductiva de los rodeos de cría para incrementar la producción de carne a escala nacional. Para esto, ponderó el ajuste de carga y el manejo de un calendario sanitario básico.
“Con el incremento de la carga en suelos de menor aptitud, la vulnerabilidad de los sistemas ante contingencias climáticas puede ser muy alta”, advirtió Maresca quien recordó que los índices de preñez dependen, en gran medida, de las buenas condiciones climáticas, lo que genera una alta variabilidad de los resultados al tacto.