Después del récord de 2019, qué puede pasar con las exportaciones de carne vacuna

Como se analizan los factores que explicarían el boom en los envíos al exterior durante los últimos dos años, y también lo que puede pasar con ellos en este 2020.

Un informe de la Fundación Mediterránea (IERAL), analiza los factores del récord en exportaciones de carne vacuna, el rol de China y lo que puede pasar en 2020.

Un informe de la Fundación Mediterránea (IERAL), analiza los factores del récord en exportaciones de carne vacuna, el rol de China y lo que puede pasar en 2020.

24deFebrerode2020a las08:15

Un informe de la Fundación Mediterránea (IERAL), analiza los factores del récord en exportaciones de carne vacuna, el rol de China y lo que puede pasar en 2020.

Sobre lo ocurrido en 2019 y el récord histórico de exportación de carne vacuna, donde la cadena bovina logró colocar 569 mil toneladas peso producto en los mercados del mundo, equivalentes a 845 mil toneladas res con hueso, IERAL explica que se trata de una de las cifras más altas de la historia de la industria frigorífica argentina. Por estos envíos ingresaron al país US$ 3.100 millones, un 57% más que en el año previo y casi el 5% de las divisas totales comerciales del país.

"El rol de China fue fundamental en el notable desempeño de las exportaciones argentinas. Por desequilibrios estructurales, pero en mayor medida por problemas sanitarios no anticipados (brote severo de fiebre porcina africana en 2018/2019) sus importaciones se incrementaron en forma notable en los últimos dos años, de 695 mil toneladas (peso producto) en 2017, pasaron a 1,66 millones en 2019 (+139% en dos años). Además, para poder hacerse de más mercadería, el gigante tuvo que convalidar precios crecientes, +5% i.a. en 2018 y +7% i.a. en 2019 (todos los orígenes)".

El cambio de escenario en el 2020

Las condiciones de exportación comenzaron a deteriorarse hacia fines del año pasado, cuando uno de los tres drivers del 2019, la fortaleza de la demanda china, muestra problemas para sostenerse. El escenario externo empieza a resquebrajarse hacia fines de noviembre pasado cuando los importadores chinos exigen importantes ajustes de precios para cerrar nuevas operaciones y además piden, en no pocos casos, renegociar las condiciones de operaciones ya acordadas.