Semillas curadas para evitar manchas en los rendimientos invernales
Recomiendan un tratamiento con dos fungicidas que permiten reducir notoriamente el riesgo de acción de patógenos.
Mientras avanzan las labores de cosecha de soja y de maíz, ya comenzó la cuenta regresiva para lo que será la próxima siembra de cereales de invierno. Los productores de todo el país, pero fundamentalmente los de la zona núcleo y sur bonaerense, están definiendo por estas horas la siembra de trigo y de cebada y, en su ecuación de costos, no deben olvidar un aspecto fundamental para lograr una buena cosecha: la aplicación de curasemillas. “Es el factor clave en el arranque inicial para tener un cultivo sano desde el día uno, una muestra de la importancia de hacer un manejo correcto desde la siembra hasta la cosecha”, destaca Matías Retamal, gerente de Fungicidas y Tratamiento de Semillas de FMC Cono Sur.
La propuesta de la compañía de defensivos agrícolas es el combo Rovral 50TS + Vincit 5, que tiene como principal ventaja contar con un tratamiento de semillas unificado con dos activos con distintos modos de acción. Por un lado, Iprodione, que es un fungicida de contacto (no penetrante), que actúa inhibiendo la acción de esporas y bloqueando el micelio que invade los tejidos sanos. Por el otro, Flutriafol que es un fungicida sistémico (baja acción de contacto), que ingresa por la radícula de la semilla y se mueve traslocándose por xilema en sentido acrópeto.
“Al tener dos modos de acción distintos, un triazol y una dicaboxamida, es más difícil que se genere una resistencia. A la vez, se logra un mayor efecto curativo, preventivo y erradicante, porque se protegen los posibles ataques de patógenos tanto en el suelo, cuando emerja la radícula, o después en la planta”, explica Retamal.