Coronavirus: cómo pueden aportar los cultivos genéticamente modificados a la cura del COVID
Una agencia de investigaciones científicas de España trabaja en la utilización de plantas, como medio para producir la futura vacuna contra el coronavirus

El avance de la pandemia del coronavirus obligó al mundo científico a trabajar en el desarrollo de la vacuna contra la COVID-19. Pero además, es importante tener una rápida producción de la vacuna. En este sentido, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) realizó una investigación sobre un cultivo que permitiría producir grandes cantidades mediante tecnologías agrícolas.
El CSIC es una agencia estatal de España que realiza trabajos de investigación. En esta oportunidad, el consejo publicó el genoma de la planta Nicotiana Benthamiana que puede ser empleada como factoría de biofármacos o cultivo molecular.
Esta factoría permite utilizar a la planta como medio para la producción de vacunas. Es decir, que se le puede transferir los genes de la futura vacuna y producirla en grandes cantidades mediante tecnologías agrícolas.
Desde el CSIC señalaron que el objetivo es lograr una forma rápida de producir vacunas para enfrentarse a la pandemia de COVID-19. El trabajo de este consejo también fue acompañado por la Fundación Fundación para la Aplicación de Nuevas Tecnologías en la Agricultura, el Medio Ambiente y la Alimentación (Antama).
El proyecto NEWCOTIANA fue coordinado por el investigador del CSIC Diego Orzáez y financiado por la Unión Europea a través del Programa Marco H2020. Ante la necesidad de producir un gran volumen de vacunas a bajo costo, surgen las biofactorías como alternativa para agilizar los plazos de producción.
Por su parte, Diego Orzáez, investigador del CSIC explicó: “La Nicotiana Benthamiana es una planta estrechamente relacionada con el tabaco, que se ha utilizado ampliamente para la producción de gran cantidad de productos biofarmacéuticos, como el conocido cóctel de anticuerpos Zmapp utilizado en la terapia contra el ébola”.
Además, agregó que diversas empresas la utilizan como plataforma para producir vacunas experimentales frente a COVID-19. Los investigadores modifican los genes de esta planta para mejorar su capacidad de producir biofármacos más eficaces y en grandes cantidades.
Este proyecto comenzó hace dos años, antes de la amenaza del coronavirus. Tras el inicio de la pandemia, diferentes equipos se pusieron a trabajar en productos biofarmacéuticos útiles contra la pandemia.
“Esperamos que esto acelere el descubrimiento de nuevos productos biofarmacéuticos y, finalmente, contribuya en la lucha contra ésta y futuras epidemias”, explica Orzáez.