Educación agropecuaria: ¿cómo seguimos?
FEDIAP publicó un documento donde analiza la situación de la educación agraria durante la pandemia y los pasos a seguir luego de la vuelta a la presencialidad.
Durante el 2020 y el período de aislamiento/distanciamiento social obligatorio, la presencialidad escolar debió realizar una pausa para dar lugar a una nueva forma de hacer, a la virtualidad como herramienta para garantizar la continuidad de las trayectorias de los alumnos. La incertidumbre atravesó a la Escuela Agropecuaria y a sus prácticas pedagógicas en los entornos formativos, afectando especialmente a las que cuentan con Internados/Albergues/Residencias.
Tal como expresa el documento publicado por FEDIAP, "Educación Agropecuaria 2021: ¿Cómo seguimos? La necesidad de una mirada a la Educación Agropecuaria desde los niveles de decisión", más allá del gran esfuerzo realizado por docentes, alumnos y padres para continuar con la enseñanza, "no estamos llegando a todos y hay veces, que lo que llega es muy básico". Otra vez entra en escena la falta de infraestructura: "La conectividad plena fue algo utópico para muchas de nuestras zonas rurales y, además, algo coercitivo -por sus costos- para un importante número de familias que nos confían sus hijos".
Desde la organización expresan no estar conformes ni cómodos con la coyuntura, "creemos que podríamos dar más (y no hablamos de contenidos) pero nos falta no solo el cómo sino también el qué" y agregan: "Más allá de la Modalidad Educativa, la presencialidad hasta ahora siempre ha sido un requisito necesario entre alumnos y docentes para el proceso de sociabilización y las “clases virtuales” no han logrado reemplazarlo".