Desafío para 2022: anticipan un cambio de paradigma por el mal uso de antibióticos en la producción animal

La resistencia antimicrobiana es un mecanismo natural que se propaga y afecta a la salud de otros animales, del ambiente y la humana.

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Desafío para 2022: anticipan un cambio de paradigma por el mal uso de antibióticos en la producción animal
03deMarzode2021a las07:39

Para 2022 la Unión Europea cambia la legislación y, entre las modificaciones, anticipa la prohibición del uso de microbianos como promotores de crecimiento y profilácticos en la región. A esto le suma una cláusula de reciprocidad para los países a los que les compran productos cárnicos. Frente a este panorama, la Argentina se enfrenta a un gran desafío: cambiar los usos y costumbres en materia de antimicrobianos en los animales productivos.

La resistencia antimicrobiana es actualmente reconocida como una de las mayores amenazas para la salud humana en el siglo XXI por el riesgo que implica la pérdida de eficacia de los antibióticos necesarios en la medicina. Además de tratarse de un problema sanitario, también puede llegar a ser el causante de una crisis económica de gran impacto, calculándose una caída de unos 100 trillones de dólares mundiales.

A esto, hay que sumarle los costos del sistema de salud global, las pérdidas en la producción animal y la consecuente escasez de alimentos. Según un informe del Banco Mundial, para 2050, la resistencia antimicrobiana será la principal causa de muerte. A su vez, se estima que 28 millones de personas caerían en la pobreza y la producción global de animales de cría caería entre un 2,6 y un 7,5 por ciento por año.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), en algunos países, el 80 % del consumo total de antibióticos de importancia médica se da en el sector animal, principalmente, para estimular el crecimiento en animales sin ninguna enfermedad. Por esto, recomiendan reducir el uso de todas las clases de antibióticos de importancia médica en animales destinados a la producción de alimentos.

Para Mariano Fernández Miyakawa –investigador del Instituto de Patobiología (IPVET) del INTA Castelar y coordinador del Proyecto Disciplinario “Resistencia a los antimicrobianos y desarrollo de alternativas”–, es “fundamental” tomar conciencia sobre los riesgos del abuso y mal uso de los antibióticos en los animales de producción con el fin de reducir y prevenir la aparición y propagación de la resistencia.

Es que, según el especialista, “la resistencia a los antimicrobianos (RAM) pone en peligro la eficacia de la prevención y el tratamiento de una serie cada vez mayor de infecciones por virus, bacterias, hongos y parásitos”.

A su vez, fue más allá y no dudó en asegurar que “la resistencia a los antimicrobianos, y particularmente a los antibióticos, está aumentando en todo el mundo a niveles peligrosos”. Entre los riesgos a los que se enfrenta el sector, Fernández Miyakawa se refirió a las pérdidas en el sector productivo y a las restricciones del comercio internacional.

Con respecto a este punto, Federico Luna, director de productos veterinarios del Senasa, reconoció que “para 2022, se viene un gran desafío para el sector, de la mano de la nueva legislación europea”. Además, analizó: “Si realmente se quiere continuar el comercio internacional con estos mercados, cada vez más exigentes, se va a tener que adecuar la forma de producción. Se trata de un cambio que no queda circunscripto a la Comunidad Europea, sino que seguramente se extienda a otros mercados como China, India o Rusia”.

Por este motivo, el especialista del Senasa advirtió que el año que viene será “un año decisivo para nuestro sistema productivo”. Y agregó: “Creo que no nos falta mucho para poder cumplimentar con los nuevos requisitos, pero es necesario el consenso y acompañamiento de todos los sectores para estar a la altura de las circunstancias”.

Todo ser vulnerado aprende a resistir

“La capacidad de resistencia es un mecanismo natural”, aseguró Fernández Miyakawa quien no dudó en subrayar que “si bien la resistencia es individual, aporta a lo colectivo”. Es que, de acuerdo con el investigador, tanto el antibiótico, la bacteria o el gen resistente salen del cuerpo para impactar en otros animales, humanos y en el ambiente, lo que le permite seguir amplificándose. De allí, la complejidad del tema.