"Le encontramos la vuelta”: cómo es producir carne en el fin del mundo
Conocé la historia de la estancia 25 de Mayo; explotan el turismo, tienen un campo productivo y se sumaron a un proyecto de preservación
La productora Ariela Aristizábal
A orillas del Lago Argentino, en El Calafate, está la estancia 25 de Mayo. Las 16.000 hectáreas se dividen en un campo ganadero, una estancia turística y un proyecto de preservación. “Nos fuimos adaptando a la situación y le encontramos la vuelta”, define
Ariela Aristizábal, presidenta de la Rural Lago Argentino, miembro de Mujeres CRA y secretaria de la comisión directiva de la Federación de Instituciones Agropecuarias de Santa Cruz.
El Calafate: historia de la estancia 25 de mayo
El establecimiento pertenece a su familia desde el año 65, cuando su padre lo compró. Originalmente, el campo estaba destinado a la cría de ovejas. “Tenía muy buena producción de lanares, pero lamentablemente, con el crecimiento del pueblo y la cantidad de perros que había, la mortandad era enorme”. Entonces, en 1985, sus padres decidieron pasar a la producción vacuna.
Si bien durante un tiempo Aristizábal se dedicó a la producción, luego decidió poner esa parte de la estancia en alquiler. “Nos dedicamos al turismo y es una actividad que te absorbe muchísimo tiempo. No podíamos con todo”, admite. En la actualidad, el campo productivo está alquilado para la cría de vacas y, según relata, el potencial es de entre 300 y 400 vacas madres, aunque hoy por hoy hay 250.
“Mi corazón sigue del lado de la producción, pero ahora es más oportuno tenerlo bajo este formato”, expresa la ruralista. La experta explica que el manejo de la hacienda se hace en distintos campos. “Acá tenemos un campo de invierno, que está a 200 metros sobre el nivel del mar. Después está el campo del medio a 900 metros sobre el nivel del mar, que es a donde llegan las vacas en octubre y noviembre, y por último la veranada, que se ocupa de los últimos tres meses del verano”.