Dejaron la ciudad, se instalaron en el campo y ahora sus negocios no paran de crecer

La historia de dos familias que, de la mano del programa “Bienvenidos a mi pueblo” se animaron a cambiar de vida en Colonia Belgrano

Joana junto a sus cuatro hijos y su esposo.

Joana junto a sus cuatro hijos y su esposo.

14deOctubrede2021a las11:52

En 2018, Joana Ojeda y Víctor López decidieron abandonar la ciudad y mudarse junto a sus familias a Colonia Belgrano, un pueblo santafesino en el que vivían solo 1300 habitantes. La decisión no pudo ser más acertada: mejoraron su calidad de vida, ganaron tranquilidad y, además, aumentaron de forma exponencial sus oportunidades laborales, potenciaron sus negocios e incrementaron sus ingresos.

Ver también: Avanza el programa que busca repoblar áreas rurales: “Más de 350 personas nos escriben semanalmente"

Ambos formaron parte del programa Bienvenidos a Mi Pueblo de la fundación Es Vicis, una ONG que promueve la migración planificada y sostenible hacia el interior y que en 2018 realizó un proceso de repoblación en Colonia Belgrano. Se trató de una prueba piloto exitosa, en la que 15 familias se instalaron en la localidad.

El organismo, además, ya está trabajando para llevar adelante una nueva repoblación de otras cinco comunas de la provincia de Santa Fe: Cafferata, Carmen, Labordeboy, Maggiolo y San Eduardo. Al tratarse de una migración planificada y sostenible, desde la ONG realizan una selección de candidatos y los capacitan para que puedan fortalecer sus herramientas como emprendedores y sus habilidades empresariales.

La experiencia de Joana: pasó de vender 10 zapatos a 1000 desde que se mudó a Colonia Belgrano

Joana (36) vivía junto a sus cuatro hijos y su esposo (39), que trabajaba en seguridad privada, en Santa Fe Capital. Ella se dedicaba de forma artesanal a realizar tejidos y calzado para bebés, y exponía en una feria de la ciudad todos los fines de semana. En ese entonces, vendía 10 pares de zapatos por fin de semana. Ahora vende 1000 por semana desde Colonia Belgrano.

“Para mí, la ciudad siempre fue insegura y un montón de veces nos habían robado. Yo crecí en un pueblo y tenía la idea de que mis hijos se pudieran criar como yo”. Entonces, en cuanto oyó del programa, decidió inscribirse. “No sabíamos nada. En realidad, lo que más nos interesaba era obtener nuestra casa, porque alquilábamos”, admite en referencia a que parte del proyecto fue a través de una cooperación público-privada que permitió construir 20 viviendas disponibles con acceso a créditos.