El pulpo de las Pampas: la historia del acopio que comenzó con cuatro personas y hoy factura mil millones de dólares
Lartirigoyen y Cía es un gigante del sector con múltiples actividades, pero siempre cerca del agro; la visión de su co-fundador y presidente, Ignacio Lartirigoyen, a 35 años del inicio
“Me enteré de la noticia al aterrizar en Ezeiza, proveniente de un viaje de negocios en los Estados Unidos. En ese momento, acopiabamos 20.000 toneladas de granos y si los bancos nos llamaban era para prestarnos plata, después de esto nos seguían llamando, pero para que se la devolvamos”, describe Ignacio Lartirigoyen (67) sobre la dramática situación que vivió en 1997, sólo unos meses después de haberle cedido el 50% su acopio a Oleaginosa Moreno.
El 16 de junio de ese año no fue un día más en la historia de este gigante argentino, que llegó a ostentar un 22% del comercio internacional de girasol con ventas anuales por más de US$ 800 millones. Grames Johnson, su ex gerente financiero, se enteró por medio de un comunicado del banco Dresdner que había una diferencia de US$ 150 millones entre el patrimonio neto real y el declarado a los bancos por la compañía de la familia Moreno. La noticia se esparció como reguero de pólvora e inmediatamente productores y bancos reclamaban su dinero. Ese día tampoco sería el mismo para Lartirigoyen, un ingeniero agrónomo pampeano, que hasta entonces creía haberse asociado a un gigante sólido que le daría el dinero fresco para acelerar su propio crecimiento.
Por aquel entonces apareció en escena Glencore, justo un día antes de que se pidiera la quiebra de Oleaginosa Moreno, y realizó una oferta a través de la cual se hizo cargo de un pasivo de US$ 450 millones a cambio del 51% de la empresa y, con ello, también se quedó con la mitad del acopio de Lartirigoyen.
A partir de allí, la historia de este empresario de bajo perfil y asociado a una firma suiza que “no eligió”, pero conserva hasta el día de hoy, fue siempre ascendente.
La historia de Lartirigoyen y Cia
Lartirigoyen y Cía, que acaba de llevarse el máximo galardón de los Premios La Nación-Banco Galicia a la Excelencia Agropecuaria, es un "pulpo" con 14 unidades de negocios y 1150 colaboradores que se ocupan de proveer de insumos a más de 4300 productores, origina 2,6 millones de toneladas de granos y espera cerrar este ejercicio con ventas por US$ 980 millones.
Un grupo humano
“Cuando empezamos, éramos chiquitos y buenísimos, después de rompernos la cabeza durante varios años, fuimos medianos y aún éramos buenos; y ahora que seguimos trabajando duro y nos convertimos en grandes, ¿pasamos a ser malos?”, se pregunta Lartirigoyen para poner de relieve una de las tantas dicotomías que existen entre los argentinos y los empresarios.
“Toda nuestra historia fue un desafío constante, pero supimos ser resilientes y frente a los problemas siempre seguir adelante”, señala en diálogo con Agrofy News y asegura que, “en el peor año de nuestra historia, terminamos con un balance en cero”.
Ante una Argentina muy cambiante, la visión de Lartirigoyen siempre fue la misma: trabajar mucho y formar equipos. “El crecimiento del grupo fue orgánico, pero el mayor logro es generar empleo genuino en este país. Tengo colaboradores que están desde el inicio e incluso algunos son socios”, destaca el empresario que es la cara visible del 50% del capital argentino en la firma. La otra mitad aún pertenece a la suiza Glencore, ahora como Viterra.
“En 2001 Glencore era nuestro único acreedor, en ese año se pesificaron todos los pasivos pero nosotros nos comprometimos a saldar la totalidad de esa deuda en dólares, y así lo hicimos”, recuerda Lartirigoyen y se reserva el monto de lo que fue un hecho trascendental para consolidar la confianza en esta dupla entre David y Goliat.