Sequía e incendios se agravan en el norte del país
Las condiciones extremas de falta de agua y altísimas temperaturas desde finales del 2021 generaron pérdidas cuantiosas en la región, donde Corrientes y Misiones fueron las más afectadas por los incendios; ‘La Niña’ persistiría hasta el mes de abril
(Por Pablo A. Roset / SLT-FAUBA) En su informe del 20 de febrero, la cátedra de Climatología y Fenología Agrícolas de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA) afirmó que aunque las lluvias de mediados de enero permitieron revertir las condiciones de sequía en gran parte del área agrícola nacional, sobre todo en la Región Pampeana, en el noreste del país, la sequía no sólo persiste, sino que se intensifica. A su vez, los incendios afectaron gran parte del territorio de las provincias de Corrientes y Misiones, donde las pérdidas económicas y ecológicas son alarmantes. Las predicciones indican que el fenómeno de ‘La Niña’ continuaría hasta entrado el otoño.
“La sequía extrema en Corrientes, además de generar grandes pérdidas en las producciones de cultivos regionales como té, arroz, yerba mate y plantaciones de cítricos, también afecta notablemente a la ganadería, ya que es evidente la escasez tanto de forraje como de agua de bebida”, puntualizó Adela Veliz, docente de la cátedra de Climatología y Fenología Agrícolas de la FAUBA.
La investigadora añadió que la sequía es un factor clave en el desarrollo de los incendios. Según el informe del INTA difundido el viernes 18 de febrero, el área quemada total en Corrientes asciende a 785.338 hectáreas (ha). La provincia posee 482.215 ha de plantaciones forestales —70% con pinos y 30% con eucaliptos—, de las cuales se quemó el 4%. Esto significa que la superficie incendiada aumentó más de 2,5 veces respecto del informe del 7 de febrero. Sin embargo, el área más afectada por los incendios corresponde a los humedales, con 460.000 ha quemadas. Según el último reporte del Servicio Nacional de Manejo del Fuego, en Corrientes se mantienen ocho focos activos y dos contenidos. Las pérdidas en la provisión de servicios ecosistémicos son incalculables.