El supermaterial cordobés que está listo para ser la materia prima del futuro
Con residuos como recursos, un emprendimiento cordobés apuesta a los hongos para crear biomateriales; tras cinco años de investigación y desarrollo, están listos para revolucionar el mercado
Con un planeta atravesado por las consecuencias del cambio climático y el agotamiento de recursos naturales, buscar alternativas de consumo sustentables se vuelve esencial. En este contexto, la biotecnología se perfila como una solución para la creación de biomateriales que permitan reducir drásticamente el impacto ambiental.
Desde la ciudad de Cosquín, provincia de Córdoba, un emprendimiento llamado Bionatur-All investiga desde hace cinco años el uso de hongos para el desarrollo de productos biodegradables. Son una alternativa compostable al poliestireno expandido y los plásticos de un solo uso, que se puede cultivar de manera personalizada en distintos tamaños y formas.
Se trata de Mushpack, un embalaje producido a partir de la inoculación de micelio de hongos con residuos de origen agroalimentario o forestales, como aserrín o paja. Cuando estos descartes agroindustriales se mezclan con el micelio, se consigue un material ignífugo, aislante, ligero, resistente, semi flexible, duradero, y lo más importante, es que tiene una doble función: se usa como packaging y se degrada muy rápido: tarda entre 90 y 100 días en volver a la naturaleza.
Como resultado, se reemplazan aproximadamente 10.000 piezas de poliestireno expandido, reduciendo toneladas de dióxido de carbono (Co2) por cada tonelada de Mushpack producido.
“Pretendemos potenciar la industria de embalajes y envases, con biomateriales que dan respuesta a un mercado que demanda, cada vez más, soluciones más respetuosas con el medio ambiente. Creando, a su vez, valor regional y contribuyendo a una transición ordenada del sector hacia soluciones más sostenibles”, explica María de los Ángeles Cano (45), técnica en química y cabeza del proyecto.