¿Menos insumos? Estudian microorganismos de 3500 millones de años y fundaron una consultora para crear “suelos vivos”
"La nueva agricultura tiene que poner el microscopio en el campo", destaca el fundador de La Enmienda
Leonardo Barragán es ingeniero ambiental. Trabajó 15 años en la industria de las energías renovables a lo largo de todo América Latina pero hace dos años decidió dar un giro a su carrera profesional para dedicarse a la microbiología del suelo.
Se mudó de Buenos Aires al Valle de Calamuchita con su familia, a una localidad de 4 mil habitantes, y desde ahí dirige La Enmienda, una consultora que trabaja en la regeneración de suelos y el desarrollo de la red trófica del suelo como mecanismo para reducir el uso de insumos químicos, incrementar la resiliencia de los emprendimientos productivos y proteger la biodiversidad.
“Hasta ese momento mi único vínculo con el agro había sido con propietarios de tierras para ver si tenían interés en desarrollar proyectos de energías renovables. En una charla con la mamá de una compañera del jardín de mi hija, Soledad Reinoso, que actualmente es mi socia, me contó que estaba estudiando microbiología del suelo. Enseguida me interesó y le dije: ´Hagamos algo con esto´, contó Barragán.
Microbiología del suelo, ¿un pendiente en Agronomía?
La Enmienda se dedica a la microbiología del suelo, íntimamente relacionada con los cultivos. Sin embargo, tal como contó Barragán, incluso en el ámbito formal de la carrera de Agronomía, esta ciencia no tiene casi lugar: “Se estudia pero en relación a potenciales patógenos para cultivos, no la relación simbiótica positiva. La microbiología del suelo es quien en definitiva desarrolla el suelo. No existen cultivos de manera ajena a la microbiología del suelo”.
Lo primero que hicieron fue desarrollar un curso, ´La Vida del Suelo´, en lo que hoy denominan la Escuela de La Enmienda: “Empezamos a grabarlo en la pandemia desde casa. Abordamos la relación simbiótica entre microbiología y cultivos, cuál es el impacto de la agricultura tradicional, la relación con las sequías, inundaciones, secuestro de carbono, biodiversidad. Hoy hay más de 350 personas estudiando en nuestra escuela, de 10 países distintos”, detalló el ingeniero.
Barragan expresó que este desconocimiento por la microbiología no sucede solamente en Argentina sino en todo el mundo: “Las devoluciones del curso son muy positivas. Muchos se sorprenden que no le enseñaron cosas esenciales en la universidad. Salen de Agronomía sabiendo cuántos litros de agroquímicos aplicar por hectáreas para tal enfermedad pero, por ejemplo, no saben cómo funciona un suelo en un bosque, donde no hay un duende que fertilice”, ironizó.