Reyes del pop: quiénes son los dueños del negocio millonario que la Argentina lidera a nivel mundial
Un negocio donde la Argentina lidera a nivel mundial con ventas por más de 217.000 toneladas y que, el último año, generó al menos US$ 128 millones.
Palomitas de maíz, millo, pochoclos, pururú, pop, canchita, pororó, cotufas, gallitos, poporopos, crispetas o popcorn. No importa como se lo llame, el maíz pisingallo es la única comida formada 100 % con un grano no procesado que se popularizó alrededor del mundo. Si bien el consumo en la Argentina nunca supera el 5 % de la producción nacional y se reduce en gran medida a espacios de entretenimiento, como cines o eventos masivos con una ingesta per cápita que puede estimarse en poco más de 200 gramos al año, el país lidera las exportaciones globales.
El año pasado, la Argentina despachó más de 217.000 toneladas por al menos US$ 128 millones, según datos oficiales. ¿Su destino? Más de 70 países, explicando aproximadamente un 40 % de la demanda mundial de este grano de “especialidad”.
En el mundo, Estados Unidos es el primer productor y consumidor de popcorn, escoltado por el gigante del sur: Brasil. Mientras el primero produce entre 450.000 y 500.000 toneladas anuales de este maíz, solo le quedan para exportar alrededor de 150.000. “Brasil hizo con el pisingallo lo mismo que con la carne: de importar cada año entre 30.000 y 40.000 toneladas, empezó a producir y en 2015, logra autoabastecerse y, con sus políticas “pra frente”, comenzó a exportar, hasta llegar a superar las 60.000 toneladas”, relató hace unos años Sergio Casas, empresario agropecuario al frente del exportador Snack Crops.
Argentina introdujo la variedad hace 30 años y, en las últimas dos décadas, desplazó a los Estados Unidos como el principal proveedor global de maíz pisingallo. En la práctica si un maíz tradicional rinde ocho toneladas, un pisingallo “solo” produce la mitad. Si bien el precio suele más que duplicarlo, la ecuación en kilos apenas lo empata y, hasta ahí, no resulta tentador, porque es más costosa su siembra y hay al menos cinco aplicaciones durante la campaña. Por eso, cuando el maíz tradicional tiene buenos precios, en la Argentina resulta tentador eludir el pisingallo y, hoy, casi toda la exportación se sostiene a base de producción propia porque cuesta convencer a otros productores a sumarse al negocio, confiesa otro productor que participa de la actividad desde Salta.
En el país, suelen sembrarse unas 50.000 hectáreas por campaña. Este año el precio mejoró porque la cosecha en zona núcleo se vio afectada por la sequía y se espera una caída en el volumen total producido. Mientras tanto, hay un precio de sustitución internacional que reemplaza el popcorn por otros snacks por eso su demanda no supera las 500.000 toneladas anuales en el comercio exterior y esa es hoy una de sus grandes barreras para crecer e imitar otros clústeres, como, por ejemplo, el tan mentado maní.
Dicho todo esto, siempre según datos oficiales, en la Argentina son más de 80 los jugadores dedicados a la siembra de maíz pisingallo, pero poco más de diez exportan el grueso de la producción y son ellos los protagonistas de esta industria nacional que abastece al mundo.
¿Quién es quién en el negocio de exportar maíz pisingallo?
Los primeros 10 jugadores explicaron más del 60 % de los envíos, en 2022, siempre según datos oficiales.
10 Argensun
Familia Díaz Colodrero
4899 toneladas
Son los dueños de las famosas Pipas, marca líder en el segmento de semillas de girasol.
Luján, Buenos Aires.
9 Curcija
4996 toneladas
Un histórico en el negocio de las semillas.
San Andrés de Giles, Buenos Aires.
8 Agroprimus
8856 toneladas