Se termina el dólar soja: las opciones para quedar cubiertos ante los riesgos políticos y un salto del tipo de cambio
¿Jugará el gobierno la última carta? Se pregunta el mercado de granos mientras se conocen los pronósticos para la cosecha 23/24
A poco de terminar con el dólar soja, el mercado internacional saca los ojos del ciclo que termina y se centra en el nuevo 23/24, donde los datos son bajistas: stocks mucho mayores de maíz, más altos en soja y un mercado de trigo con algunos países bajando y otros subiendo.
Dante Romano, profesor e investigador del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral, expresa que “los fondos especulativos van saliendo de su posición comprada de soja e incrementando ventas en maíz y trigo”.
Según Romano, el dólar soja distorsiona todo: “Los compradores levantan la puntería poniendo mayor margen en la soja, pero con el convencimiento de que luego será más difícil conseguir oferta, y además como una forma de colocar pesos. Esto también genera recompras en el mercado diferido. Todo ello termina mejorando la performance argentina sobre la internacional. Pero todo podría desarmarse cuando concluya el dólar soja”.
Para el profesor de la Facultad de Ciencias Empresariales en la sede Rosario de la Universidad Austral la gran duda es si el productor local convalidará mermas de precios más adelante, poniendo piso a los precios. “El limitante para esto es que los compradores no trabajarán a pérdidas si pueden conseguir granos más baratos en otros orígenes”, considera.
Entre sus recomendaciones, Romano apunta a ser “muy prudentes y más sofisticados a la hora de coberturas contras los riesgos políticos asociados". El especialista apunta a que los granos no “son dólares”, son granos que tienen cotización en dólares: "Si bajan y el tipo de cambio luego sube, puede pasar que lo primero termine siendo mayor que lo segundo, y en resumen terminemos con menos dinero en la cuenta”.
Ante la pregunta de ¿cómo está terminando el dólar soja?, Romano contesta: “Muy flojo”. “El atraso en la cosecha, los rindes todavía peores a los esperados, la expectativa de precios más altos, y la inestabilidad económica llevaron a que el productor se pusiera muy remiso a vender”, detalla.