Con 27 años se hizo cargo de lo que hoy es un gigante del agro: Alejandro Elsztain y la experiencia al frente de una de las primeras empresas de latinoamérica en llegar al Nasdaq
El empresario que conduce Cresud conversó con Agrofy News en el ciclo “La Huella”, un nuevo espacio para conocer de cerca a los máximos referentes del agro en la Argentina y la región
Alejandro Elsztain tiene 58 años y lleva la mitad de su vida como CEO de Cresud, una empresa emblema del campo argentino y líder de negocios agropecuarios en la región. Tenía menos de 30 cuando aceptó el desafío y hoy se enorgullece de ser “uno de los que creyó en el sector cuando muchos todavía no”.
Su compañía opera en la Argentina, Brasil, Bolivia y Paraguay y en la actualidad cuenta con unas 860.000 hectáreas bajo producción. Se trata de la única empresa agropecuaria que cotiza tanto en la Bolsa de Buenos Aires como en el Nasdaq, en los Estados Unidos. Habla con aplomo y cuida sus palabras, aunque sin esquivar temas. Analiza la relación histórica entre el campo y el resto de la sociedad, compara ventajas competitivas entre el agro argentino y el brasileño y opina sobre qué prácticas podrían mejorar los productores en nuestro país.
En el marco del ciclo “La Huella”, un nuevo espacio de Agrofy News para conocer de cerca cómo piensan, viven y trabajan aquellos que tienen en sus manos las empresas más representativas del agro argentino, Elsztain se refiere a la actualidad del campo en nuestro país y la región, pero también hace un repaso por las últimas décadas del sector y da su visión sobre las oportunidades que se presentan a futuro.
La Huella de Agrofy News: Alejandro Elsztain
¿Cómo está el campo hoy?
Alejandro Elsztain: Después de la pandemia hubo una evolución muy positiva de los precios, que generó un movimiento muy especial en los productores del mundo. Los precios volaron. La soja, el maíz y todo. Los productores del mundo tuvieron años muy buenos, tanto productivos como del valor de la tierra. El mundo va hacia una consolidación de la tenencia agropecuaria: en algunos países muy incipiente, porque tienen una hectárea o dos y están creciendo en tamaños muy pequeños, y en otros en grandes volúmenes, como en Sudamérica -Brasil o Argentina-, con tierras realmente consolidadas. O sea que después de la pandemia hubo una evolución muy positiva para los farmers. Pero después de eso los costos fueron por detrás y bajaron los márgenes, y después empezaron a caer mucho los precios de los commodities. Entonces te diría que de 2020 para acá hubo una evolución muy positiva del valor de la tierra. Vos ves el valor de la tierra en Estados Unidos, en Brasil o en cualquier parte del mundo y fue a sus precios récord de la historia. Pero luego, y ahora últimamente más, siguieron bajando los precios, se reacomodaron los stocks, no hubo grandes problemas climáticos como en el pasado y ahí la tierra está tendiendo a ajustar. Ahora los márgenes de los productores están peor al caer la soja, el maíz, y al tener costos más altos, los márgenes vuelven a ser más normales. Entonces el productor está pasando un momento no tan vedette. Hubo un momento en que parecía que era muy faltante el commodity, y hoy en día parece que alcanzan para la situación actual del mundo. Un mundo cuyo PBI no está creciendo tanto, y cuya población también está dejando de crecer. Se hablaba de un crecimiento mucho más grande y hoy en día el crecimiento poblacional, por ejemplo en China, ya frenó. Se habla de que en 2022 China cambió la curva. Entre un PBI mundial que no está creciendo tanto, y una población que no crece a gran ritmo, es que está un poco más tranquilo y los stocks están alcanzando. Por eso, los márgenes se están normalizando para los farmers del mundo.
-¿Y en la Argentina? ¿Hay expectativas con el nuevo gobierno? ¿Es posible una explosión en el agro como tuvo Brasil en los últimos años?
-Brasil tuvo una explosión impresionante. Hace 40 años investigadores encontraron la alternativa para que una región inmensa de Brasil se pueda poner en producción. Había que corregir la tierra, había que fertilizarla. Eran tierras muy malas en calidad, comparadas con las argentinas. Pero corregida la tierra y fertilizada, tenían muy buena lluvia, muy buen calor e iban a ser de alta producción. Y así fue. En 2006 Brasil era comparable con la Argentina en soja: eran 60 contra 50 millones de toneladas. Ahora es 150 contra 50. En la Argentina la transformación de la tierra ya pasó. La Argentina, con esta situación que lamentablemente el campo fue muchas veces objeto de impuestos, hizo que el argentino sea muy austero y muy eficiente para producir. Quedan tierras para seguir transformando, quedan tierras para poner en producción y en riego, mucho más infraestructura, pero la transformación grande de Argentina ya pasó. Lo que tiene la Argentina es que el productor recibe un precio diferencial entre la brecha y las retenciones a las exportaciones. Además hay otras prácticas que lamentablemente se instalaron en la Argentina. Por ejemplo, las grandes multinacionales del agro ya no tienen una gran base en Buenos Aires, ni una gran investigación en Buenos Aires. Y así estamos perdiendo muchas partes tecnológicas. Esto hace que nuestra producción de soja sea menor que en los países más tecnológicos y que están pagando patentes. Hay cosas que nos están llevando a que en esa eficiencia de costos, en esa supervivencia, en la Argentina se esté perdiendo una parte de la oportunidad. Me gustaría que esto se revierta. Estaría bueno que el país siga siendo el punto de tecnología más alto del mundo. De maquinaria, de semillas, de fertilización o de lo que fuera, para seguir siendo relevantes y líderes en este negocio. Y que nadie de las grandes multis se retire de la Argentina.