Las ovejas, como fuente de negocios no tradicionales
Jóvenes emprendedores
Matías Suárez Anzorena se inició como acopiador de cueros en Tierra del Fuego; pero también desarrolló un mercado para tripas, cartílagos y tráqueas.
Le sientabien a Matías Suárez Anzorena aquella frase -trillada-que asegura que nada sepierde, pues todo se transforma.
Suárez Anzorena construyó su negocio a partir de una materia prima nadaglamorosa:las ovejas muertas. Cueros, tripas, tráqueas y cartílagos. Todosirve a la hora de explorar en el mar de las oportunidades.
Tenía 18 años y acababa de terminar la secundaria en un colegio de Belgranocuando accedió a la invitación de un amigo para pasar el verano en la EstanciaRivadavia, una propiedad familiar en Tierra del Fuego, que más de una décadadespués se hizo famosa por albergar al paraguayo Lino Oviedo, durante suconfinamiento en el sur argentino.
Aquellos dos meses de estío, sin embargo, terminaron por convertirse encinco años. Ese el fue el tiempo que estuvo como administrador del predio, trasaceptar -pese a su inexperiencia- una oferta para tomar las riendas y velar porla siembra y los trabajos de esquila de sus 12.000 ovejas.
"De tanto moverme en el ambiente rural de la zona, a los 24 años me dicuenta de que podía independizarme, así que me compré una camioneta con loque pude ahorrar con mi trabajo de administrador y me puse a juntar cueros deoveja. Se los compraba a los matarifes y se los vendía a los consignatarios delanas, que los utilizaban para confeccionar indumentaria", recuerda.