Cómo pasar los 200 kilos por ha
No puede descartar la posibilidad de conocer qué hace el establecimiento SanMiguel -ubicado en el kilómetro 260 de la ruta provincial 2, en el partido deGeneral Guido, perteneciente al CREA Maipú- para ser exitoso en estasasignaturas y saber cuál es el destino que indica la brújula de este campo.
Además, si usted no quiere ser el próximo autor de un libro que haga mencióna una "crónica de un negocio en decadencia", tampoco debería olvidarlas palabras de Oscar Paso y Jorge Latuf, encargado del campo y asesor del CREA,respectivamente, sobre cuál es la clave para hacer de la producción unaactividad capaz de ser sometida a las variables de la planificación y elcontrol.
La historia es la de San Miguel, un establecimiento propiedad de MaríaTeresa Llobet de Delfino y que tiene como administrador a Francisco GarcíaMansilla.
El primer capítulo, que tiene como objetivo principal precisar algunos númerosde esa explotación, desarrolla la siguiente información: la empresa explota2143 hectáreas, de las cuales la mitad es propiedad de la familia y el otro 50%corresponde a tierras arrendadas; el establecimiento posee 377 hectáreas conagua permanente, 725 con grave peligro de anegamiento y 240 con moderado riesgo.Asimismo, el 50% del campo tendido posee una calidad que varía entre regular ybuena.
Para aumentar la cantidad de tierra disponible se realizó una inversión quetuvo como objetivo lograr una mayor eficiencia en el manejo de las aguas eincrementar la capacidad de retención de las lagunas. "Se trató de darlesmás volúmenes a las lagunas y de que el agua pudiera ser conducida hacia lacompuerta del canal dos", explicó Latuf.
Como buena segunda parte de esta historia, los indicadores de los resultadosproductivos de San Miguel revelan qué se hizo, qué se hace y qué quierengenerar con esas tierras los hombres que allí buscan producir 200 kilos decarne por hectárea y lograr la mayor cantidad posible de terneros paraabastecer los campos de invernada de la empresa.
El establecimiento comenzó a escribir su destino de crecimiento con lainstrumentación de diferentes técnicas que incrementaron la carga de 0,64equivalente vaca (ev) a 0,98 ev entre el período 1994/95 y el correspondiente a1998/1999; el máximo fue 1,15 ev entre 1997 y 1998.
Aunque los primeros pasos que San Miguel dio para asegurar la estabilidad desu esquema productivo fueron los que más esfuerzo demandaron, en poco tiempo setransformaron en los primeros frutos de un manojo de satisfacciones.
Unos cuantos logros, como el entore, en el último servicio, de 1444 vacas-en 1994 habían sido menos de 600- y los índices de preñez, que superaron el90%, bastan para reflejar "la nueva vida" de este establecimiento.
La sensible mejora en el destete y la reducción de las pérdidas preñez-destetea menos del 3% también forman parte de los méritos que San Miguel fueconstruyendo.
La primera etapa cerró con la utilización del alambrado eléctrico paraapotrerar el campo según los diferentes tipos de suelos.