Una nueva marcha atrás en la agricultura internacional

14deMayode2002a las08:02
Por efecto del aumento en los precios mínimos, habrá excedentes que luego serán volcados al mercado mundial, lo que afectará a los países como Uruguay

CONSULTORA SERAGRO

El Congreso de los EE.UU. acaba de aprobar una nueva ley de apoyo a su sector agrícola, que vuelve atrás lo avanzado en la ley anterior, aprobada en 1996.

Pese a que la administración Bush se mostró desde el comienzo proclive a apuntalar las iniciativas de liberalización comercial y reducción de los subsidios, desde el Congreso la visión es otra.

Allí los grupos de influencia (lobbies), del sector agrícola presionan fuerte a los congresistas, presión que se exacerba en años electorales como el actual.

Básicamente, la ley establece un aumento en los precios mínimos que se le garantizan a los productores de soja, trigo, maíz y sorgo, al tiempo que se restituyen subsidios para la lana, que se habían quitado en la ley de 1996. También aumentan los apoyos a la lechería.

Esto implica que de unos 100 mil millones de dólares de apoyo para un período de 10 años, establecido hasta ahora, se pasa a un apoyo de 180 mil millones, un aumento del 80%.

En particular, el presupuesto aumenta en un 67% los subsidios a los granos, lácteos, azúcar y maní. Además, reactiva el sistema de "precios sostén" para otorgar pagos adicionales a los productores durante las épocas difíciles.

MECANISMO PERVERSO. Que los países desarrollados subsidian a sus productores no es noticia. EE.UU. y Europa reconocen que esto perjudica seriamente las posibilidades de crecimiento de las economías en desarrollo, en particular las de alto perfil agroindustrial como la nuestra y se ha intentado, a través de interminables discusiones en la Organización Mundial de Comercio (OMC), reducir el monto de los subsidios.

Pero además, se ha avanzado bien en modificar la forma en que se apoya a los productores. Esto acontece en particular en Europa, donde se está impulsando cambiar el apoyo al sector vía precio (subsidios a la exportación, precios mínimos), por mecanismos de apoyo directo a la familia rural, que es el objetivo de fondo.

En los EE.UU., sin embargo, esta tendencia no se da: los estadounidenses siguen manejando mecanismos de apoyo indirectos, como los precios mínimos, mecanismos particularmente perversos para el funcionamiento del mercado agrícola internacional.

Así, en la medida que el precio piso garantizado para un grano es mayor, mayor será la propensión a sembrar y por lo tanto mayor será la producción a largo plazo. Por efecto del aumento en los precios mínimos se generarán excedentes que serán volcados luego al mercado internacional, quitando espacio a otros productores que operan sin subsidio e impactando en los precios mundiales.

La mayoría de los representantes republicanos del Congreso (miembros del partido del presidente Bush), votó en contra, justamente en el entendido que la ley causará una sobreproducción, que derivará en una reducción de los precios.

Con este sistema, la producción mundial de granos no evolucionará en base a las señales que el libre juego de oferta/demanda arrojen a través de una sana formación de precios internacionales. Contrariamente, la producción se apuntalará en los países que tienen la posibilidad de volcar excedentes de sus tesorerías para beneficiar a sus productores, en desmedro de otros países que, como Uruguay, no tienen esa posibilidad.

Algunos representantes republicanos señalaron, además, que este tipo de apoyo benefi