El hombre de campo es el único garante de la alimentación mundial

06deSeptiembrede2002a las08:06

“El que labra su tierra se hartará de pan”, esta frase tan ancestral como bíblica (Libro de los Proverbios, capítulo 12, versículo 11) vale la pena desempolvarla del libro sagrado, para hacerles recordar a nuestros hombres de campo, que en sus manos, gestoras del pan de cada día, no tan sólo está el presente, sino también el futuro de la humanidad.

El próximo domingo se celebra mundialmente el “Día del Agricultor” y precisamente, desde esta sección, queremos rendirle un homenaje a todos los hombres que, con el sudor de su frente por la dura labranza de la tierra, no tan sólo ganan el pan para sus familias, sino para toda una sociedad que necesita de tan noble sacrificio para abastecerse con los alimentos que los hará vivir.

El agricultor es el garante de la alimentación mundial y frente a su lucha contra la naturaleza, es paradógicamente el trabajador más sufrido, marginado y olvidado. El tiene la dicha y la dignidad de, no tan sólo poder vivir en contacto directo con la naturaleza sino, además, de guardar la historia y la rica cultura de nuestros orígenes. Todo el que trabajó alguna vez en el campo sabe de la bondad, de la sencillez y de la humildad, pero también del sacrificio y del esfuerzo que realizan estos trabajadores, que día a día se deben sobreponer a las inclemencias climáticas y luchar, a brazo partido, para obtener el fruto de la madre tierra.