Sube la hacienda, pero no habría aumentos en la carne

27deDiciembrede2002a las08:24

Matías Longoni. DE LA REDACCION DE CLARIN.

Finalmente las vacas levantaron vuelo. Los precios del ganado, respecto de un año atrás, aumentaron un 200% en el Mercado de Liniers, donde el novillo llegó esta semana a tocar sus máximos históricos, unos $ 2,30 por kilo vivo. Para los consumidores, que ya han visto subir los precios de la carne cerca del 80%, esto no significaría sin embargo nuevas subas en los mostradores.

Los valores de la hacienda, a lo largo de 2002, pegaron dos fuertes saltos, en marzo/abril y julio/agosto. Desde hace cuatro meses que el precio promedio del Mercado de Liniers se mantiene estable, por arriba del 1,90 peso por kilo vivo. Pero en los últimos días comenzó nuevamente a subir: el lunes pasado, antes de los feriados, llegó a ubicarse en 1,989 peso. En diciembre de 2001, ese mismo índice estaba en 0,635 peso. Es decir que con un novillo de ahora podían comprarse tres novillos del año pasado.

Esta nueva suba del ganado, sin embargo, no necesariamente deberá trasladarse a los precios que paga el consumidor, ya que respondería a situaciones bastante atípicas. Según fuentes del sector, el ganado está escaseando debido a que los productores prefieren no venderlo ahora, para evitar que esas operaciones figuren en los balances de este año, en los que no se puede aplicar el ajuste por inflación. Por ese motivo, se estima que la situación se normalizará en enero, cuando haya pasado el vencimiento de Ganancias. Y afirman incluso que los precios de la hacienda podrían retroceder algunos escalones luego de las fiestas de Año Nuevo.

De todos modos, el gran límite a las remarcaciones sigue siendo la fuerte pérdida del poder adquisitivo en el mercado interno, que demanda el 85% de la carne que se produce en el país. Desde la devaluación, los precios de la carne al consumidor subieron cerca del 80%, pero el consumo no se retrajo tanto como en otros alimentos. Según datos de CICCRA (Cámara de la Industria de la Carne), la ingesta de carne vacuna per cápita se ubica ahora en 59,6 kilos anuales, un 6% por debajo de 2001. Es decir que cada argentino comería actualmente 4 kilos menos de carne al año.

Hubo sí una notoria caída de la calidad de la carne que se consume a nivel interno. Primero, porque este año se reabrieron casi 60 mercados para la exportación luego de la crisis de la aftosa, entre ellos los de la Unión Europea, que demandan los cortes de mayor calidad. Pero fundamentalmente porque, debido a su menor capacidad de compra, muchos argentinos debieron resignarse a cortes más baratos.

Miguel Schiariti, de CICCRA, señaló en ese sentido que este año "el precio de la vaca (como categoría y no como genérico) aumentó más que el resto de las categorías (novillos, terneras, etc.), por lo que vemos que la demanda se reorientó hacia cortes de menor calidad y precio. De no haber ocurrido eso, el consumo per cápita debería haber caído de manera más significativa", evaluó.

Otro dato significativo sobre las consecuencias que tuvo la fuerte suba de la hacienda durante 2002 surge de los supermercados. En lo que va del año, las grandes cadenas facturaron un 21% más que el año pasado por sus ventas de carnes, a pesar de que en volumen vendieron un 29% menos de ese alimento.