A pesar de las vacas flacas, el negocio del cuero está creciendo
No hay mal que dure diez años, bien podrían decir, tras la devaluación, los rubros afines al cuero.
En 2002 las curtiembres aumentaron la rentabilidad y tuvieron una mayor demanda interna, mientras que los fabricantes de calzado, marroquinería y talabartería se favorecieron con la sustitución de importaciones y aumentaron sus ventas al exterior.
"Fue un año atípico", resumió el presidente de la Cámara de la Industria del Calzado (CIC), Carlos Bueno, y explicó que en lo que se refiere al rubro zapatero "se arrancó 2002 con el 90 por ciento de la capacidad instalada parada, y en el segundo semestre hubo una importante recuperación del sector".
El secretario de la Coordinadora de Actividades Mercantiles Empresarias (CAME), Vicente Lourenzo, explicó que "se vuelven a utilizar máquinas que estuvieron fuera de uso durante los años de la convertibilidad".
Efecto sustitución
La sustitución de importaciones en el rubro zapatería fue de alrededor del 70 por ciento y en los artículos de talabartería estuvo en el orden del 65 por ciento.
Aprovechando la caída de las importaciones -del orden del 85 por ciento-, la producción de pares aumentó un 26 por ciento con respecto a 2001, según información del Ministerio de la Producción sobre la base de datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). Sin embargo, la recesión del mercado interno se reflejó en una baja del consumo del 21 por ciento.
Con la ventaja de un tipo de cambio más alto, las exportaciones crecieron un 75% -pasaron de 475.000 pares en 2001 a 830.000 pares en 2002-, lo que permitió una facturación de US$ 7,5 millones, casi el 35% más que en el último año de la convertibilidad, que fue de US$ 5,5 millones.
Muchos empresarios y comerciantes que durante la década de los años 90 se dedicaron a la importación ahora están empezando a fabricar y a exportar productos. A esto se le sumó el boom turístico, que constituyó un aliciente para la apertura de nuevo locales comerciales.
Sin embargo, no todos los fabricantes estuvieron preparados para satisfacer esta creciente demanda.
"Los primeros que se beneficiaron con la devaluación fueron los ligados a la producción primaria, porque exportan y facturan en dólares, mientras que para los vinculados con el mercado interno -fabricantes de cuero- el proceso es más lento por la desindustrialización que padeció el sector", enfatizó Lourenzo.
En este sentido, explicó que la falta de financiamiento para muchos comerciantes e industriales fue determinante. Además, "la demanda interna sigue siendo baja y la recuperación es lenta", dijo el presidente de la Cámara Comercial del Calzado, Osvaldo Liboreiro. Sin embargo, los locales comerciales vinculados con el turismo aumentaron sus ventas considerablemente. Los extranjeros que pasean por la peatonal Florida, por la avenida Santa Fe o por la ciudad de Mendoza se ven atraídos por los accesibles precios en dólares de los productos de cuero, y esto se refleja en la cantidad de locales ligados a la marroquinería y al calzado que abrieron en los últimos meses.
La marroquinería fue otro rubro que no estuvo exento de esta nueva realidad. La fuerte disminución de las importaciones obligó a aumentar la producción para el mercado interno.
En cuanto a las exportaciones, aumentaron un 14% en volumen, pero la facturación se mantuvo prácticamente igual respecto de 2001 y esto se debe, según la Cámara Industrial de las Manufacturas del Cuero y Afines (CIMA), a que los precios en dólares bajaron entre un 40 y un 50 por ciento. Pese a todo, la capacidad ociosa todavía sigue siendo importante y aún falta crédito.
Las curtiembres
Por su parte, el cuero procesado tuvo una mayor demanda local, pero varió poco su volumen de ventas al exterior respecto de 2001: pasó de 122.000 tonelada