El maíz, clave de la rotación agrícola
Hugo Pedrol, del Inta Oliveros, recomendó prestar especial atención a los aspectos sanitarios del cultivo
23deAgostode2003a las08:20
Siempre que el hombre interviene en algún sistema natural, genera desequilibrios; el tema es encontrar un equilibrio entre esas alteraciones producidas y los beneficios que se quieren obtener", explicó el especialista en ecofisiología y manejo de maíz del Inta Oliveros, Hugo Pedrol, quien rescató las ventajas de incorporar el cereal grueso en la rotación de cultivos.
Consciente del deterioro que el monocultivo de soja, o la rotación trigo/soja, producen en los sistemas, Pedrol explicó la diferencia en cuanto al aporte que brindan las gramíneas como sorgo y maíz. "En nuestra área se estima que se destruyen anualmente alrededor de 10 toneladas de rastrojo por lo que deberían restituirse, pero la mayoría de los cultivos no llegan a reintegrar ese nivel", dijo Pedrol.
Al respecto, explicó que "maíz y sorgo, más otras gramíneas de invierno como cebada y avena, tienen un sistema de raíces que mejoran temporariamente la estructuración del suelo favoreciendo la formación de poros grandes que permiten la circulación de agua y oxígeno".
El especialista explicó que actualmente la situación económica y financiera inciden en el manejo agrícola de las distintas explotaciones. Así, "sigue incrementándose la participación relativa del cultivo de soja en los sistemas porque el mismo es simple, requiere menos recursos y tiene menores riesgos con respecto al maíz", dijo Pedrol.
En referencia a las condiciones climáticas adecuadas para un buen desarrollo del maíz Pedrol expresó que al "ser una planta de verano, necesita temperaturas relativamente altas comparándolas con otros cultivos, a tal punto que no se recomienda sembrarlo si la temperatura del suelo no alcanza los 12º o 13º".
Al mismo tiempo destaca la importancia de lluvias para el óptimo crecimiento. "El año pasado tuvimos temperaturas por encima del promedio que aceleraron las etapas y las precipitaciones fueron buenas dado que no hubo déficit hídrico, salvo en enero ya que a partir del 10 de ese mes hubo cierta sequía que afectó la formación de granos", dijo Pedrol
Aclaró además que "si bien hasta la floración el régimen de precipitaciones fue el indicado, a la altura del llenado de granos faltó un poco y analizando el rendimiento tuvimos granos más livianos que en campañas anteriores".
Pese a la buena campaña, la merma en el rendimiento osciló entre el 8% y el 10% con respecto a la campaña anterior y además influyó la escasa radiación solar que sufrió debido a la alta nubosidad que hubo entre noviembre y diciembre.
Pedrol destacó que en la zona maicera núcleo -integrada por el norte de Buenos Aires y sur de Santa Fe- la utilización de híbridos se dio bastante rápido ya que aparecieron a fines de la década del 50 y en pocos años prácticamente reemplazaron a las variedades.
"Después de una época de más de veinte años de cultivar híbridos dobles se comienzan a difundir los híbridos simples, con un potencial de rendimiento mayor, semilla más cara pero con la posibilidad de fertilizar dado que el costo relativo de nutrientes disminuyó", explicó el especialista del Inta.
Resaltó además la gran variedad de híbridos que hay en el mercado, con importante renovación anual.
Con esta tecnología, la aplicación de siembra directa y con un control de malezas y plagas y la fertilización "se logró un incremento sostenido en el rendimiento en los últimos quince años", dijo Pedrol.
Los rendimientos
El especialista explicó que "ordenando los rendimientos en forma creciente, y de acuerdo a las diferentes localidades analizadas, en
Consciente del deterioro que el monocultivo de soja, o la rotación trigo/soja, producen en los sistemas, Pedrol explicó la diferencia en cuanto al aporte que brindan las gramíneas como sorgo y maíz. "En nuestra área se estima que se destruyen anualmente alrededor de 10 toneladas de rastrojo por lo que deberían restituirse, pero la mayoría de los cultivos no llegan a reintegrar ese nivel", dijo Pedrol.
Al respecto, explicó que "maíz y sorgo, más otras gramíneas de invierno como cebada y avena, tienen un sistema de raíces que mejoran temporariamente la estructuración del suelo favoreciendo la formación de poros grandes que permiten la circulación de agua y oxígeno".
El especialista explicó que actualmente la situación económica y financiera inciden en el manejo agrícola de las distintas explotaciones. Así, "sigue incrementándose la participación relativa del cultivo de soja en los sistemas porque el mismo es simple, requiere menos recursos y tiene menores riesgos con respecto al maíz", dijo Pedrol.
En referencia a las condiciones climáticas adecuadas para un buen desarrollo del maíz Pedrol expresó que al "ser una planta de verano, necesita temperaturas relativamente altas comparándolas con otros cultivos, a tal punto que no se recomienda sembrarlo si la temperatura del suelo no alcanza los 12º o 13º".
Al mismo tiempo destaca la importancia de lluvias para el óptimo crecimiento. "El año pasado tuvimos temperaturas por encima del promedio que aceleraron las etapas y las precipitaciones fueron buenas dado que no hubo déficit hídrico, salvo en enero ya que a partir del 10 de ese mes hubo cierta sequía que afectó la formación de granos", dijo Pedrol
Aclaró además que "si bien hasta la floración el régimen de precipitaciones fue el indicado, a la altura del llenado de granos faltó un poco y analizando el rendimiento tuvimos granos más livianos que en campañas anteriores".
Pese a la buena campaña, la merma en el rendimiento osciló entre el 8% y el 10% con respecto a la campaña anterior y además influyó la escasa radiación solar que sufrió debido a la alta nubosidad que hubo entre noviembre y diciembre.
Pedrol destacó que en la zona maicera núcleo -integrada por el norte de Buenos Aires y sur de Santa Fe- la utilización de híbridos se dio bastante rápido ya que aparecieron a fines de la década del 50 y en pocos años prácticamente reemplazaron a las variedades.
"Después de una época de más de veinte años de cultivar híbridos dobles se comienzan a difundir los híbridos simples, con un potencial de rendimiento mayor, semilla más cara pero con la posibilidad de fertilizar dado que el costo relativo de nutrientes disminuyó", explicó el especialista del Inta.
Resaltó además la gran variedad de híbridos que hay en el mercado, con importante renovación anual.
Con esta tecnología, la aplicación de siembra directa y con un control de malezas y plagas y la fertilización "se logró un incremento sostenido en el rendimiento en los últimos quince años", dijo Pedrol.
Los rendimientos
El especialista explicó que "ordenando los rendimientos en forma creciente, y de acuerdo a las diferentes localidades analizadas, en