El Senasa se enfrenta con los entes privados
Es por la lucha contra la fiebre aftosa. El organismo sanitario analiza retomar el control de la enfermedad ganadera. El negocio de la vacunación en el país representa $ 100 millones anuales. Quejas de las entidades.
La fiebre aftosa es, además de la mayor limitación para las exportaciones de carnes argentinas, un negocio interno nada desdeñable. En la Argentina, luego de la reaparición del mal en 2001, la vacunación obligatoria del ganado empezó a mover más de 100 millones de pesos anuales.
Existe un solo laboratorio proveedor -Biogénesis- y la comercialización e inoculación de las dosis es exclusividad de los entes sanitarios, compuestos por representantes de las entidades del agro y veterinarios.
Esto produjo roces con el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), que evalúa retomar el control de los programas de vacunación con la eventual modificación de las resoluciones 624/01 y 623/01, dictadas por el ex titular del Senasa, Bernardo Cané, para recrear este mecanismo de lucha contra la enfermedad.
Aunque en el Senasa señalaron que el ámbito de discusión de estos temas es el Consejo de Administración del organismo, del cual participan delegados de las cuatro centrales rurales, los cierto es que algunos asesores de Jorge Amaya, titular del organismo, aconsejaron restarles facultades a los entes, porque ahora también bregan por hacerse cargo de aspectos de la sanidad vegetal.