Dos tamberos armados detuvieron a ladrones
RANCHOS.- Cansados de los robos y acostumbrados a escuchar las experiencias de otros chacareros víctimas del abigeato y pocas veces recompensados, por lo menos con la Justicia, los propietarios de un tambo situado a pocos kilómetros de esta tranquila ciudad del interior bonaerense decidieron actuar por mano propia.
No sólo se tirotearon con los ladrones, sino que consiguieron detener a uno y guiar a la policía para que atrapara a dos cómplices que huían.
En este distrito, donde en los últimos tres meses se robaron más de 100 cabezas de ganado, la situación es tensa. Los productores están preocupados por la inseguridad, y el vicepresidente de la sociedad rural, Andrés Juul, reconoce que "si esto no mejora va a ser muy difícil decirle a otra gente que no se defienda con un arma". En Ranchos, no hay patrullas rurales de la policía. La falta de móviles y la cantidad de caminos de tierra, que suman cientos de kilómetros en todo el distrito, dificultan la prevención del delito. Según cuentan los productores, el cuatrerismo recrudece en los días previos a las fiestas de fin de año.
Los dueños del campo donde funciona el tambo La Josefina no fueron jaqueados por los cuatreros, pero sí por los robos.
El establecimiento está a 15 kilómetros del pueblo, entre la ruta 20 y un camino vecinal, y su historia se emparenta con la de los productores de Tres Arroyos que hace ya más de un año decidieron armarse para custodiar sus campos.
"Empezamos a darnos cuenta del robo porque a veces teníamos 38 bolsas o menos. Además, un día había llovido y encontramos huellas extrañas. A todo esto, en dos oportunidades vimos por la zona, en auto, a un hombre que había dejado de comprarnos masa", relató Francisco Ferrante, de 25 años, que con su hermano, Marcelo, de 22, y el tambero, conversaron y llegaron a la conclusión de que algo tenían que hacer. Y pensaron que resolver el tema por su cuenta sería lo mejor: "La idea era agarrarlo con las manos en la masa", dijo Francisco.