Producir más carne, la mejor salida
El reciente retroceso de los precios agrícolas, unido al aumento de precios y de la demanda internacional de carnes, junto con nuestro paulatino retorno a los mercados de exportación, van configurando un panorama que, según el cristal con que se mire, puede ser o muy prometedor o muy preocupante.
En otras palabras: podríamos estar ante la tan esperada recuperación del ingreso del sector más castigado de todas las cadenas agroalimentarias. Algo que es muy bueno, por cierto.
Por otra parte, viene junto con este hecho la preocupación ocasionada por el alza del precio interno, en un país donde la mayoría de los ciudadanos nos resistimos a comer menos de, digamos, 50/60 kilos de carne vacuna por habitante por año.
La preocupación no es menor justamente a la luz de la tremenda crisis social que vivimos en el país.
Ya explicadas las dos visiones del mismo hecho: la suba inexorable -aunque gradual- que se viene en los precios de la carne vacuna durante los próximos años, pasemos a analizar lo que podría ser una solución. Una salida que compatibilice por un lado obtener el mejor ingreso posible para los productores ganaderos, y por otro, garantizar el abastecimiento de carne a la población a precios razonables.
Hay una sola manera de enfrentar el problema: aumentar la producción.