Confiamos en que el tren de alta velocidad se construirá
La regulación en concesiones es débil, admitió Delso Heras.
Está tan preocupado con lo que sucede con la crisis financiera global y con sus consecuencias que las demoras en el inicio de la obra del tren de alta velocidad que uniría Buenos Aires con Rosario y Córdoba pasaron a un segundísimo plano.
Luis Delso Heras, presidente y uno de los dueños de Isolux Corsan -una empresa constructora española que integra el consorcio que se adjudicó el tren de alta velocidad-, no se preocupa por los retrasos en la licitación. "Son tiempos normales en una obra de este tipo. ¿Sabe la cantidad de obras que están adjudicadas en España y que no se realizan por cuestiones medioambientales? Le contesto: muchísimas", contestó el empresario, que, de paso por Buenos Aires, aprovechó para dar una conferencia de prensa.
Más allá de relativizar algunas cuestiones relacionadas con los tiempos de ejecución de la obra, sí puso atención en la cuestión regulatoria. "La Argentina debería pasar a una nueva fase en la inversión en infraestructura. Deberían hacerse obras cuyo cargo no esté asentado en el presupuesto sino que se financien por aportes privados. Pero para que eso suceda es necesario que haya plazos de concesión largos y un marco regulatorio", dijo. ¿Y cómo está la Argentina en esos dos rubros?, preguntó LA NACION. "Los plazos suelen ser muy cortos, es difícil conseguir financiamiento y la regulación está muy débil. Es necesario tener una ley de concesiones más clara. Allí sí hay una debilidad", insistió.