El tambo le busca la vuelta
A pesar del momento difícil, los hermanos Rausch redoblan la apuesta con genética y automatizaciones.
Frente a un escenario de mucha incertidumbre, hay tambos que resisten. En rigor, sus responsables buscan encontrarle la vuelta a una actividad que se debate entre los costos crecientes, los valores internacionales de la leche en baja, los controles de precios del Gobierno nacional y, por si fuera poco, una sequía que liquidó las pasturas (incluidos los rollos de reserva) y plantea dudas sobre los cultivos forrajeros retrasados, que así le restan sustentabilidad al ciclo.
Los más afectados por la situación son los tambos medianos y chicos, con impronta familiar, que en muchos casos carecen de financiación para capear el temporal.
En este contexto, un caso entre miles es el de Alcides (45 años), Claudio (41) y Javier (39) Rausch, tres hermanos que cada madrugada, y cada tarde, renuevan su apuesta por las vacas lecheras. Es su manera de darle valor agregado a los granos y a las pasturas que siembran en 150 hectáreas propias y otras 350 hectáreas que alquilan a vecinos, en un radio de 40 kilómetros.