Querer manejar los precios es más absurdo que la fusión en frío
Rogelio Pontón (Bolsa de Comercio de Rosario)
En este artículo vamos a mencionar dos anécdotas brillantes que encierran grandes verdades en materia económica. La primera es lamhistoria de "Yo, un lápiz", que escribiera hace muchos años LeonardmRead. La segunda es una historia aún más antigua que desarrollara el famoso economista francés Frédéric Bastiat hace más de 170 años y que titulara "Lo que se ve y lo que no se ve".
Con respecto a la primera anécdota, recordemos que en una conferencia dictada por Read, se la ocurrió preguntar a los asistentes de si alguno sabía cómo ''fabricar un simple lápiz de grafito''. Ninguno de ellos se atrevió a contestar a pesar de que la respuesta, aparentemente, no era muy complicada. El orador comenzó a desmenuzar la historia con el análisis de la provisión de la madera. Los árboles de donde se extraía la madera estaban situados en una determinada región de los Estados Unidos y para talarlos hubo que recurrir a la utilización de sierras y hachas. Pero desde aquí nacían otras preguntas.
Y el acero para construir las sierras y el hacha, ¿de donde se ha obtenido? ¿Y el mineral de hierro para producir acero? ¿Y el carbón para fundir el mineral de hierro?
Simplificando el cuento había que trasladar los troncos hacia los aserraderos. Para ello se necesitaba la colaboración de los balseros, a través de la flotación de los troncos por las vías fluviales, o los vagones del ferrocarril para transportarlos por esta vía.