Por un nuevo horizonte
David Roggero, desde Córdoba, rearma su esquema de siembra, ante números que no terminan de cerrar.
En el sudoeste de Córdoba, David Roggero está apuntando a reajustar la estrategia productiva y de negocios. Arrendamientos que no terminan de cerrar, junto a un repaso minucioso de los números, lo hacen concentrar sólo en campos con certeza de continuidad y a costos razonables.
Clarín Rural dialogó con Roggero para conocer una realidad que afecta a buena parte de los productores del Interior argentino.
De raíces ganaderas, la historia de los Roggero refleja la evolución que muchos productores tuvieron en los últimos años. Radicados en Laboulaye, pero con un campo propio de 400 hectáreas en Vicuña Mackenna, David Roggero y su padre Florentino se dedicaban al tambo.
“Fuimos muy buenos tamberos”, dispara David, recordando lo que hasta diez años atrás era su principal actividad. “Manejábamos un esquema con 400 hectáreas propias y otro tanto arrendadas, sobre las que producíamos 9.000 litros de leche”, recordó.
Sin embargo, a inicios de esta década, decidieron deshacerse de lo que hasta entonces era su actividad principal.
“Los números no nos cerraban y el contexto tampoco era favorable”, recuerda. Los mejores números de los granos y la compleja situación de la producción tambera le hicieron pegar un golpe de timón.