Advierten que la deuda de los países desarrollados podría ser la próxima burbuja a punto de estallar

Pese a que crecen las dudas sobre su solidez, los inversores siguen apostando a la renta fija, hoy más segura que las acciones, a riesgo de seguir alimentando la burbuja.

07deSeptiembrede2011a las07:31

Como si fuera un hechizo que se rompe, a medida que pasan los días desde el viernes 5 de agosto, fecha en que Standard & Poor’s le quitó la calificación AAA a la deuda de EE.UU, cada vez más analistas se preguntan cómo se pudo llegar a este nivel de endeudamiento. Y no sólo en EE.UU., sino también en Japón y los principales países desarrollados. ¿Qué pasó durante tanto tiempo para que todos vieran a estas deudas soberanas como ultra seguras, a pesar de que no dejaran de crecer? Hoy, terminado el encantamiento, muchos se plantean si el mundo de la renta fija no se encuentra ante una burbuja especulativa a punto de estallar.

Si bien las señales que existen no anticipan este escenario con un alto grado de certeza, sí plantean muchas dudas sobre cómo se lo podría evitar. En primer lugar, la demanda de títulos públicos es en estos momentos muy grande, a pesar de que buena parte de la zona euro esté atravesando una crisis de deuda soberana. Sin embargo, para los inversores los bonos son hoy más seguros que las acciones, aunque sus rendimientos sean negativos en términos reales. En el caso de los Bonos del Tesoro, el rendimiento es más bajo que tras la quiebra de Lehman Brothers en 2008, en plena crisis financiera. Y lo mismo sucede con los títulos alemanes, ingleses y franceses. En el actual contexto, los inversores prefieren perder poco (por las tasas negativas) a arriesgarse a perder mucho en los mercados de acciones.
Pero esta demanda creciente no está teniendo en cuenta las señales que llegan desde los seguros de impago sobre las deudas soberanas (conocidos como “credit default swaps” o CDS). Si bien los CDS sobre la deuda estadounidense se mantienen estables, los relacionados con los bonos franceses y alemanes se han duplicado en los últimos dos meses. Esto significa que más inversores creen que estos países pueden hacer default sobre sus deudas en el mediano o largo plazo, visión que va a contramano de la mayor demanda de títulos públicos como “valor refugio”.