Muchos, en el campo, acometen los nuevos tiempos con indisimulada desconfianza. “Más de lo mismo”, recitan incrédulos cuando uno habla del cambio del discurso presidencial. Por más evidencias que se pongan sobre la mesa, todo termina con un “bueno, véndame el trigo”.
Precios, tecnología y mercados
Por Hector A. Huergo
Y tienen razón. La cuestión clave en una política agropecuaria es el funcionamiento de los mercados, con su resultado de precios transparentes.
En su despedida del Ministerio de Agricultura, el miércoles pasado, Julián Domínguez convocó a las bolsas de cereales y a las cuatro cadenas de productos (Acsoja, Maizar, Argentrigo y Asagir). Allí se habló de seguir trabajando para darle más libertad a los mercados. Estuvo acompañado por su equipo: el secretario de Agricultura Lorenzo Basso, y el subsecretario Oscar Solís. Ambos, y también el subsecretario de Ganadería Alejandro Lotti, fueron ratificados por el sucesor de Domínguez, Norberto Yauhar.
Ya se sabe lo que ellos piensan: están convencidos de que hay que abrir generosamente las exportaciones, y no temen que haya riesgo de desabastecimiento interno. Veremos qué decide la Presidenta.
Pero si bien los precios constituyen la variable clave, hay otros términos fundamentales en la ecuación agropecuaria. Por ejemplo, tecnología y mercados. Y en ambos aspectos hay varios hechos para destacar. Veamos.