A punto: el arroz entrerriano agrega valor y gana mercados
El INTA aporta materiales genéticos, técnicas de eficiencia de cosecha, poscosecha y mecanización agrícola que permiten ahorrar más de U$S 560 millones anuales.
“¿Exportar sólo grano? Esa idea se acabó”, comentó un operario junto a la máquina que empaqueta 40 bolsas de arroz por minuto, mientras su compañero acomodaba la mercadería que, en apenas unas horas, se despacharía a Irán. Sobre los paquetes de polietileno y polipropileno con la imagen de una reconocida cocinera, la marca del producto honra el esfuerzo de toda una comunidad: “Arroz Noble, molinos entrerrianos”.
Esa comunidad es Villa Elisa, en el departamento de Colón, donde una asociación de más de 160 productores de pequeña y mediana escala –entre 80 y 150 hectáreas– comprendió la necesidad de transformar la materia prima, agregar valor al grano y ofrecer productos diferenciados a mercados específicos.
De acuerdo con Claudio Francou, presidente de la Cooperativa Arroceros de Villa Elisa, que produce y comercializa el arroz Noble en el país y el exterior, “es evidente que exportar commodities no es lo mejor”. Agregar valor en origen “hace al desarrollo en los lugares donde están las industrias y es la forma de defender al productor-socio de su propia empresa”, señaló.
“Queremos posicionar la marca ‘Arroz argentino’ en el exterior, independientemente de las empresas”, dijo Héctor Alonso, gerente general de la cooperativa, para quien “tenemos el segundo nivel de calidad de arroz de todo el mundo y el potencial es amplio”. Alonso explicó que tanto Uruguay como Brasil son fuertes competidores en el mercado regional, por lo cual es fundamental “intensificar mucho más las misiones comerciales”. Aún así, la cooperativa vende sus productos principalmente a Brasil y exporta también a Perú, México, Chile, Portugal, Turquía e Irán, entre otros.
En la Argentina hay unas260.000 hectáreasde arroz con rindes cercanos a los7.000 kilogramospor hectárea, lo cual deja una producción nacional de 1,7 millones de toneladas por campaña por año. “Es una cantidad muy buena esa superficie y, además, el rendimiento viene subiendo año a año gracias al trabajo del INTA, con aportes que incluyen desarrollos genéticos y de mecanización”, dijoHernán Ferrari, coordinador del grupo de Mecanización Agrícola delINTA Concepción del Uruguay–Entre Ríos–.
De acuerdo con el técnico, la mayoría de los productores en Entre Ríos son de mediana y pequeña escala, con superficies entre 50 y200 hectáreas, que utilizan agua de riego de pozos profundos, lo cual aumenta los costos de producción. La provincia de Corrientes cuenta con productores de mayor escala, que poseen superficies desde 200 y hasta15.000 hectáreas, donde utilizan agua de represas, con menores rendimientos pero también menores costos y, de ese modo, se mantiene la rentabilidad del cultivo.
Ferrari destacó a la cooperativa de Villa Elisa como un caso significativo de agregado de valor en la región: “Obtienen el arroz con cáscara, hacen el descascarado, pulido y abrillantado con fortificación con vitaminas y minerales, todo un proceso que lleva a obtener un grano de calidad, exportable y con muy buenas calidades”.
Parte de su éxito se relaciona con la reutilización de los subproductos como el afrechillo o salvado del arroz, con el cual elaboran productos alimenticios con altas cualidades nutricionales –alto oleico, alto linoleico y cualidades antioxidantes– implementados en un feed-lot propio, con 1.500 cabezas, o vendidos a otros establecimientos ganaderos. Asimismo, la cáscara de arroz se utiliza en la industria avícola, con fuerte presencia regional, como cama de sustento para la cría de pollos parrilleros.
La cooperativa de Villa Elisa, con más de 160 productores de pequeña y mediana escala, c