Al girasol ya no le quedan secretos
La secuenciación del genoma, entre otros avances, permitirá mejores variedades y resistentes a la sequía
Los tiempos de la investigación y el desarrollo de tecnologías para el girasol parecen acelerarse. Históricamente fue uno de los cultivos más rezagados en ambas materias, por ejemplo en relación con el maíz y la soja. Pero la tendencia comienza a revertirse. Ya hubo pasos importantes en los últimos años, como la llegada, de la mano de Basf, de la tecnología Clearfield para el control de malezas o los avances en una calidad de aceite cada vez más saludable. Pero del cultivo se puede esperar aún mucho más.
Precisamente, la 18a Conferencia Internacional de Girasol, que contó con más de 650 asistentes y cuya realización la Asociación Internacional de Girasol (ISA) confió a la Asociación Argentina de Girasol (Asagir), sirvió para conocer de cerca en qué están trabajando científicos, investigadores y empresas del rubro. El genoma del cultivo, la ampliación de la variabilidad genética, la búsqueda de nuevas fuentes de resistencia a herbicidas, una selección más precisa de los híbridos para los distintos ambientes, la necesidad de acortar las brechas entre los rindes que alcanza el productor y los logrables y la llegada de nuevas tecnologías para calidad de aceite fueron algunos de los temas abordados.