Guillermo Moreno, el único que puede hacer llover agro-dólares
El reino del revés está aquí y se llama “dólar”. Sólo así se entiende que uno de los hombres más odiados –y temidos– por parte de los exportadores y productores del agro sea, ahora, uno de los más invocados (en el buen sentido).
Con 50% de la cosecha de soja vendida y liquidada en el mercado cambiario, y cuando la estacionalidad garantiza que el ingreso de dólares debiera asegurarle al Gobierno la cantidad necesaria (¿y suficiente?) de billetes para cancelar vencimientos de deuda de más de u$s 6.000 millones por el resto del año, en la Casa Rosada están convencidos que la ‘temporada’ no marcha bien.
Muchos productores agropecuarios han decidido –el verbo es excesivo– poner en funciones sus silos-bolsa, es decir, que han demorado sus ventas al exterior y han preferido retener los granos. Sabido es que desde la imposición de los controles cambiarios, el campo ahorra en granos. Y si bien los precios internacionales, que ayer todavía superaban los u$s 500 la tonelada para la soja, debieran influir positivamente, la razón para enarbolar la estrategia del wait & see es sencilla por no decir contundente. Ocurre que los exportadores venden su producto al exterior y están obligados a traer esos dólares al mercado local en un plazo cada vez más corto.