Nada se tira, todo se recicla con el residuo de gallinas
La empresa avícola procesa 22 toneladas diarias de guano por medio de tecnología japonesa, del que obtiene un abono orgánico que comercializa en la región.
En momentos en que los costos internos aumentan, la inflación desgasta el margen de cualquier negocio y la economía se vuelve menos competitiva por el retraso cambiario, es fundamental maximizar cada uno de los recursos. Esto también significa no desperdiciar ni siquiera los residuos.
Así lo entendió Francisco José Escudero, dueño de Granja La Montaña, una empresa que hace 32 años arrancó con la producción de huevos en La Silleta, a 25 kilómetros de Salta capital, y que con los años fue expandiendo su negocio.
Empezó con 2500 gallinas ponedoras y hoy tiene 200.000. El año pasado, Escudero dio un gran paso en materia de sustentabilidad y agregado de valor: incorporó a la empresa una planta de abono orgánico que procesa guano, el excremento de las gallinas. De esta forma, consiguió convertir en insumo productivo lo que hasta ese momento era un residuo, cuya disposición cada vez se hacía más problemática y limitaba la expansión de la granja.
Gracias a este proyecto, durante este año, Escudero no sólo podrá comercializar el abono orgánico como subproducto de su empresa, sino que también, podrá incrementar en un 50 por ciento el número de ponedoras.