Renta financiera: el debate se enfoca en el impuesto a los plazos fijos

Para varios analistas, paradójicamente si Massa toma el centro de la escena de aquí a octubre, el Gobierno se apresurará a sancionar el gravamen. De lo contrario, podría estirarse aún más. Pero ven poco probable que se graven los plazos fijos.

Renta financiera: el debate se enfoca en el impuesto a los plazos fijos
12deAgostode2013a las11:01

Gravar o no gravar los plazos fijos. Esa parece ser la cuestión de fondo. Porque en la superficie, abonada desde las distintas líneas políticas con declaraciones rimbombantes, oportunismos varios y pulseadas para ganar iniciativa, todos, o casi todos los partidos, parecen, en principio, estar de acuerdo: hay que establecer un impuesto a la renta financiera. En la actualidad existen muchos fideicomisos que no tributan Ganancias, tampoco lo hace la adquisición de empresas entre grandes grupos económicos y también están exentos del pago de impuestos las operaciones de compraventa, cambio, permuta de acciones, bonos y demás títulos valores obtenidas por personas físicas, entre otros muchos tópicos. Como contrapartida, están gravadas todas las rentas financieras (intereses de depósitos y de títulos públicos del país y del exterior) de las sociedades y empresas. No se gravan los dividendos percibidos de otras sociedades locales –ya que tributó la entidad que los pagó– y están gravados los dividendos recibidos del exterior.

Si bien existen decenas de proyectos que desde hace años descansan en los cajones de los despachos de los legisladores, el primero en dar a luz a una propuesta dentro de los debates por las actuales elecciones legislativas fue el Frente Renovador de Sergio Massa. El 22 de julio, al calor de los planteos sindicales, el massismo presentó una propuesta que modifica el impuesto a las Ganancias e incorpora al gravamen a los intereses que generan los depósitos de más de $ 250.000 “a los fines de evitar la especulación financiera e igualar en su tratamiento al resto de los sectores”. Para no perder la iniciativa, la jefa del bloque del Frente para la Victoria en la Cámara de Diputados, Juliana Di Tullio le solicitó lo propio al diputado Héctor Recalde. Micrófono en mano, Recalde señaló que “la idea es gravar la renta financiera con equilibrio, sin demagogia, analizando el costo-beneficio para no ser un espanta (inversiones) financiero”. El corazón del proyecto fue variando en los últimos días, y en su narrativa incluiría que hay que “preservar el ahorro nacional y fundamentalmente a los pequeños ahorristas con plazos fijos”; dicho de otro modo: que no hay que tocar los depósitos bancarios. Obviamente, la CTA y la CGT Balcarce salieron a respaldar la idea y a criticar al massismo señalando que el proyecto del ex jefe de Gabinete “no parece satisfactorio si se pretende impulsar el ahorro nacional”. Otras de las diferencias tienen que ver con que el proyecto del Frente Renovador no grava las transacciones financieras, lo que implica que no contempla una cantidad de recursos “potencialmente importantes para ser recaudados”. Huelga decir que el diputado y candidato a senador Alfonso Prat Gay presentó el año pasado un proyecto que apuntaba a conseguir más recursos para “desgravar la renta laboral y los haberes jubilatorios”. El radicalismo también presentó su propio proyecto.